Raúl Piñeiro

Vídeos, errores y puntos

Cartas Británicas

23 de febrero 2016 - 01:00

DIJO Alfonso García al término del encuentro en Vitoria que si se hacía un vídeo con los errores arbitrales en contra del Almería, descubriríamos que nos han escamoteado unos 12 o 14 puntos. La cifra, sin duda, es considerable. Estaríamos hablando de un equipo cómodamente salvado y mirando a las plazas de ascenso. Lo que no dijo Alfonso es que si hiciéramos un vídeo recopilando los errores de Dubarbier y Vélez que nos han costado puntos, seguramente la cifra sería incluso mayor. Lo de las conspiraciones, amarres y manos negras está bien. Pero si el Almería sabía de antemano que un albaceteño era el designado para el duelo en Mendizorroza, ¿por qué no montó un pollo e hizo ruido ANTES del partido? Y si el colegiado no aplicó el reglamento con la expulsión de Quique y su sustitución interruptus, ¿por qué no presenta el club una queja formal y sigue haciendo ruido? Sí, ya sé que el presidente dice que si protestas te van a perjudicar aún más. ¿Cuál es el objetivo de la pataleta entonces? Yo, del partido tengo una lectura muy clara. En primer lugar, en Almería no estamos curados de espanto y nuestro bendito club no deja de sorprendernos, casi siempre para mal. La expulsión de Quique fue esperpéntica y la puntilla que necesitaba el equipo para acabar cediendo el empate. Pero la realidad es que habíamos empezado a perder los puntos unos minutos antes. Con un Almería encerrado, con 7 tíos por detrás del balón, solo a Gorosito se le ocurre quitar a Chuli para meter a Lolo y así tener 8, que con Iago eran 9, encerrados. Puso un vergonzante 5-4-1 cuando aún quedaban 20 minutos de partido e invitó al Alavés a irse más arriba. Un error comparable al de Carrillo y Zongo de mediocentro. Los balones largos a Chuli y Quique tenían a raya al conjunto babazorro, pero al quitar al onubense, vieron el cielo abierto. De hecho, Raúl García, lateral zurdo, marca en posición de delantero centro, ya que los defensas alaveses no tenían nada que defender. Podemos llorar por lo del árbitro, pero un poquito de autocrítica de Gorosito tampoco vendría mal...

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