Semáforos en rojo

17 de junio 2024 - 00:00

Cada vez más se observa la alegría con la que nos saltamos los semáforos en rojo al cruzar en los pasos de peatones, incurriendo en la más absoluta imprudencia y con escasa conciencia cívica, siendo indiferente para ello si la persona es mayor o más joven, e incluso hay padres en compañía de sus niños pequeños, cuando no con un cochecito de bebé a bordo. Ello denota, asimismo, una insolidaridad y menosprecio por partida doble hacia las personas que esperan enfrente para cruzar, cuando se trata de mayores o con algún tipo de discapacidad que lastre su desplazamiento, y una total irresponsabilidad cuando un menor es testigo de nuestra negligencia. Son los nietos los que suelen indicar que en “rojo hay que esperar”. En realidad hay mucha gente que no tiene la paciencia de esperar. El pecado venial tristemente se puede convertir en pecado mortal si la suerte en ese momento al cruzar nos da la espalda. No es la primera vez, ni será la última, que ha saltado la noticia de algún grave atropello. Y es que, no por tópico y oído, deja de ser menos cierto aquel dicho: “Más vale perder un minuto en la vida que la vida en un minuto”.

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