Opinión
Reinauguración del sagrado corazón de jesús
Es un concepto que está muy de moda en su uso: se hace imprescindible incorporar a nuestras habilidades este nombre que adjetiva una característica propia de aquellos materiales que son capaces de recuperar una condición natural del mismo después de haber experimentado una fuerza que la ha obligado a asumir notables cambios de estado. En este sentido, se usa para darle mayor énfasis que a sinónimos del estilo como flexibilidad, resistencia, adaptabilidad, solidez… Y su novedad radical está en que ahora lo aplicamos a las personas: nos lo aplicamos a nosotros mismos, los seres humanos, para explicitar algo tan deseable como la capacidad de superar situaciones negativas de modo que salgamos de ellas, al menos con las capacidades que teníamos antes de sufrir o experimentar esas presiones externas.
Se trata de un concepto que no falta en ningún libro de autoayuda; y aquí es donde se descubre que pareciera una palabra fetiche; o más, la palabra panacea para salir adelante de cualquier trance que ante nosotros se presente. Este uso, el que se descubre desde la lectura individual de un documento, me preocupa en extremo: la resiliencia, aplicada al ser humano, a nosotros, no puede ser una característica que se limite a un superar obstáculos sucesivos que aparecen en nuestra vida, de modo que el éxito de tu resiliencia sea volver la mirada atrás y veas los obstáculos que has superado. No, no basta con ser así: hay obstáculos que tendrán que ver con circunstancias muy personales, por ejemplo, una enfermedad. Pero incluso esos obstáculos, están rodeados de un contexto social en el que tendrás mayor o menor capacidad para resolver la prueba: hay una sanidad pública que te ayuda en el mejor de los casos, o tienes dinero para resolverlo privadamente si lo anterior no es el caso.
Por tanto, la resiliencia no es lo mismo para todos nosotros, y no ya por nuestras capacidades propias, sino por nuestras circunstancias: esa es la clave para una resiliencia bien entendida. Alcanzar tus metas viendo que dejas un sendero de pistas para que las puedan aprovechar los que van detrás será un éxito. Ser capaces de sortear las dificultades consiguiendo, además, que suponga una eliminación de barreras efectivas para el entorno sí que será una resiliencia a celebrar: será un aliciente para la conciencia del bien común, aquella que nos haga sentirnos miembros de una única manada, la humana.
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