Vía Augusta
Alberto Grimaldi
‘Informe caritas’
Sirvan como homenaje estas líneas a mi padre Juan Tristán Fernandez, aguerrido cantero que lo fue. Tampoco quiero pasar por alto al ayuntamiento en su acometida de la memoria histórica, como base de un presente, que dará como resultado la libertad de nuevas generaciones. Dicho esto, paso a decir que el origen de la palabra cacique era "señor de indios." El siglo XVII lo definio como "Notable" de una localidad; que además, empezó a distinguirse a partir de la Segunda República y continúo con La Restauración de 1871, basada en el turno de partidos, caracterizado por una elite política caciquista de señores, entre los que figuraba: el médico, el boticario y el cura, unidos por lazos de amistad y parentesco, de cierta conciencia espiritual, con el pulpito como tribuna y el confesionario como forja de conciencias que en ningún momento logro redimir al obrero condicionado por el voto como medio de obtener algún favor. Tampoco quiero pasar por alto al profesor García Ramos, estudioso de todo un lenguaje de reglas, era como un código de signos que los hablantes retenían en su memoria para entenderse entre ellos. Veamos: Una aspiración de la "s" final que hace alusión a una serie de vocales cerradas y abiertas; la perdida de la "d" intervocálica, ejemplo "barreno atajado"; que también puede perderse en posición inicial, ejemplo "espifarrar por despifarrar"; la "s" cuando va seguida de las consonantes, "d y g" se producen los siguientes cambios "s más b" igual a "f", ejemplo "desbaratar por esfaratar", "desbocado por efocao", que dicen del barreno que escapa por la boca sin sufrir efecto; "s más g" igual a "j"; a todo esto hay sumar el tratamiento que le daban a los infinitivos cambiando la "L" de su terminación por "r"; la "s más d" igual a "z", ejemplo; "desdoblar, esdoblar por ezoblar y zoblar". La alteración fonética de "zoblar" se justifica por haber sido una palabra muy usada en la zona, pues las canteras de Macael se explotan desde muy antiguo, como lo constata la Cantera Real en la época de Felipe II, de cuya sección más importante, Pinto, se extrajo el mármol del Escorial; advertimos el uso del yeísmo; asi como, la ausencia del ceceo y el seseo. No queremos terminar este artículo, sin dedicar a la ciudad del oro blanco y a sus habitantes la siguiente frase
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