Manuel Artero /

El Paseo de Almería

El SITIO DE MI RECREO

Arteria capitalina. Construido en los terrenos que partían desde La Puerta de Purchena en una zona de huerta y alameda, llamado "El Vergel"

NUESTRA calle principal, nuestra avenida, nuestro centro comercial al aire libre. División de la Almería antigua y la Almería moderna

El actualmente conocido como Paseo de Almería ha tenido diferentes nombres a lo largo de su existencia.

Alameda de campos, Paseo del 30 de Julio, Paseo de Ramón Orozco, Paseo del Príncipe, Paseo de Cádiz, Avenida de La República, Avenida del Generalísimo.

Construido en los terrenos que partían desde La Puerta de Purchena en una zona de huerta y alameda, llamado "El Vergel" en el Libro de Repartimientos. En el siglo XVI se retraen las murallas y esta zona queda extramuros.

En 1848 Don Eugenio Sartorius consigue licencia del Gobierno para derribar las murallas que iban de la calle Antonio Vico hasta el baluarte de Santo Domingo, aunque se comenzaron a derribar en 1854 y se eliminaron definitivamente en 1856. Entre 1856 y 1859 el paseo estaba edificado desde la Puerta de Purchena, hasta la Plaza Casinello. Cuando se construyó las parcelas se vendían a 12,50 pesetas el metro cuadrado.

Las primeras casas construidas aquí eran de dos plantas, con carácter clasicistas y neoclasicistas en su construcción, con formas que predominaron en las construcciones almerienses hasta 1860.

Posteriormente se abandona este estilo y se comienzan a introducir arcos segmentados y se comienzan a decorar más las fachadas.

Trinidad Cuartara (edifico de Banesto, edificio de las Mariposas) y Enrique López Rull (edificio del paseo esquina plaza Circular, edificio de la Puerta de Purchena esquina Avda. Pablo Iglesias) fueron los principales arquitectos de los bellos edificios que aún hoy día se pueden contemplar.

Muchas de estas casas pertenecían a personas adineradas que principalmente hicieron riqueza con el negocio de la minería. Es por ello que en aquella época se le conocía popularmente con "El paseo de los mineros"

Ramón Orozco era uno de estos almerienses que intervino en el desarrollo de la minería en la Sierra de Almagrera, y que se construyó una casa con huerta, huerta que cedió para la construcción de la Plaza del Mercado. Tras su éxito en la minería, y algunos altibajos en los muchos negocios que emprendió, en el año 1854 y hasta 1856 ejerce como promotor del desarrollo urbanístico de la ciudad, sobre todo por medio del ensanche burgués que dio lugar a la construcción del paseo.

Era dueño de la mayor parte de terrenos, huertos intramuros y extramuros antes del derribo de la muralla. Fue el derribo de esta lo que le ofreció un suculento negocio al ser sus terrenos demandados por la burguesía. La huerta de Orozco le siguió reportando beneficios durante la década siguiente, ya que la venta de estos, permitían la urbanización de los terrenos adyacentes al nuevo paseo.

Las riquezas obtenidas por la minería, en este caso de la mina Adelaida, también hizo posible la construcción del Hotel Simón ubicado en el Paseo. La familia Hueso construyó en 1858 un palacio con 72 balcones y tres alturas que posteriormente fue el conocido y desaparecido hotel donde se hospedaban los personajes famosos de la época que visitaban la ciudad. En el inicio de las escaleras de la vivienda había un bloque de una tonelada de plata extraída de dicha mina.

En el paseo han estado los principales cafés de la ciudad, algunos ya desaparecidos como el café Suizo, Universal, Colón, Variedades, Cañadas, Viena, Granja Balear, Méndez Núñez, Español, El Porvenir, los Espumosos y muchos otros. La lista de comercios que han estado ubicados en el paseo es interminable. Almacenes El Águila, Bazar Almería, Segura, la tienda de música de Sánchez de la Higuera o Marín Rosa son solo una muestra de ellos

El aspecto actual se le dio hace unos años. Se sustituyeron las fuentes de la puerta de Purchena y la Plaza Circular y se ensancharon las aceras. También se sustituyó el enlosado blanco con franjas rojas que en días de lluvia se convertía en una pista de patinaje provocando que más de un almeriense, tras el resbalón, comprobase con sus posaderas la dureza del enlosado.

Actualmente algunos dicen que ha entrado en decadencia, y no les falta algo de razón.

Son muchos los problemas que tiene el centro y sobre todo la zona comercial del paseo que han hecho que algunos comercios cierren o cambien de ubicación.

Uno de los principales sin duda es el alto precio del alquiler, que a día de hoy para muchos negocios es insostenible. Además el aparcamiento, caro en los parkings y de pago en la zona azul, que obliga a cambiar el coche de lugar cuando se alcanza el límite establecido. Esto hace que los ciudadanos a la hora de realizar sus compras se desplace a los centros comerciales, un todo en uno que además ofrece aparcamiento gratuito.

Por otro lado está la falta de eventos y ofertas culturales. Todos hemos visto como cuando se realizan eventos, tipo noche en negro, en blanco, etc. la gente acude en masa llenando cafeterías, tiendas y bares que en esos días hacen caja y les ayuda a mantenerse abiertos.

También se habla de hacerlo peatonal, aunque no necesariamente del todo. Quizás volver a la fisonomía que un día tuvo, con el boulevard en el centro y las vías de circulación donde están ahora las aceras le daría un aspecto más atractivo. Esto ofrecería una zona central para mesas de cafeterías, fuentes, sombras y sitios para actuaciones y eventos, sin perder la zona para circular, carga y descarga, etc. que estaría en el lugar de las actuales aceras

El paseo y alrededores debería tener los suficientes atractivos para que los ciudadanos lo eligiesen como primera opción de ocio y compras. Es triste pasear por aquí un Domingo y no encontrar casi nada abierto, para sorpresa sobre todo de quienes nos visitan.

Hay muchas ciudades con centro peatonal y no creo que Almería no pueda ser una de ellas. La avenida Federico García Lorca puede pasar a ser el eje principal con una buena ordenación de las calles adyacentes. Aún así el Paseo de Almería es sin duda un lugar en el que pasear por las mañanas cuando la luz entra entre sus árboles, y por la tarde cuando los últimos rayos de sol se cuelan por las calles que desembocan en el. Silencioso en la noche y al amanecer y bullicioso durante el día.

La Plaza del Mercado Central, los comercios, oficinas, servicios y establecimientos hosteleros que hay en el , y que aún aguantan, le dan la vida y es lo que lo mantiene. Esperemos que sigan abiertos por mucho tiempo.

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