Pan y circo

El caso es que ya seas nórdica platino, irlandesa pelirroja o morena cordobesa, se torea como es

24 de junio 2023 - 00:15

En ocasiones me intentan hacer comulgar con ruedas de molino. Lo que viene siendo esforzarse en hacerme creer que soy tonta. Soy rubia, es algo evidente, pero siempre hay alguna excepción a la regla general. No en pocas ocasiones he cogido el teléfono tentada a llamar a Enrique, el artífice de tener mis mechones dorados, para que deje de aplicarme el rubio ceniza y permita que las raíces nazcan del castaño avellana de mi juventud. Igual con un cambio de color, logro permutar la mente subjetiva tendente a asociar una imagen externa centrada en un tono capilar como algo directamente proporcional a la inteligencia humana. El caso es que ya seas nórdica platino, irlandesa pelirroja o morena cordobesa, se torea como se es. A mí se me ve venir. De frente A pecho, pequeño, pero descubierto. De cara siempre. Los cobardes te meten el rejón por la espalda, te abandonan en las adversidades y no dan la cara ante las consecuencias de sus actos. Quizás por eso valoro tanto mis principios. No soy como Groucho que si no te valen tengo otros. Solo mamé unos. Y no los cambio. Por más que las adversidades me lleven al imperativo de variar mi conducta, de alterar mis costumbres, de modificar mis hábitos y agitar mis creencias con pensamientos intrusivos, de los cuales el 91,4 % nunca ocurren, no voy a cambiar. Tropezaré cien veces con la misma piedra, cometeré idénticos errores, pelaré el kiwi, daré primero sin dar dos veces, contestaré sin que me pregunten, hablaré cuando deba callarme, lloraré aunque cada día menos, reiré fuerte un poco más, seguiré apostando sin saber ni qué quiero, continuaré perdiendo ganando rara vez, me enjabonaré cantando en la ducha, gritaré si sale el agua fría, me enfadaré si chorrea ardiendo, romperé el termostato si no hay pantalones de equilibrar la temperatura, pero estaré limpia, pura de mente y de alma En tiempos de Roma se contentaba al pueblo con comida y espectáculos para ganar votos. Si lo pensamos todo sigue indemne. Le dijo D. Ramón María del Valle Inclán a Juan Belmonte: “Juan, solo te falta morir en la plaza para ser perfecto…a lo que Belmonte respondió …se hará lo que se pueda, D. Ramón, se hará lo que se pueda…” Desconozco si en el anfiteatro con Julio César o Aureliano, la harina era de masa madre veinticuatro horas fermentando o se usaba otra alternativa al trigo, pero a mí, en vísperas de San Juan…dame pan, y dime tonta….

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