Opinión
Reinauguración del sagrado corazón de jesús
El Pingurucho
Un total de 1.353 personas ven la televisión municipal del Ayuntamiento de Almería de media cada día, una cifra que se reduce a 274 en la franja horaria matinal, según la encuesta encargada por sus propios gestores. El estudio se ha realizado sobre un área donde viven 240.000 personas, ya que su emisión abarca la capital y seis municipios del Bajo Andarax. Y aún así, todos los telespectadores de Interalmería cabrían en un bloque de pisos de Nueva Andalucía o de Oliveros.
Sin duda, la escasa audiencia de la televisión municipal responde a una programación poco atractiva, basada más en dar cobertura a la agenda de los mandatarios del PP, ya sean del Ayuntamiento, la Junta de Andalucía o la Diputación, que en aquellos asuntos que verdaderamente interesan a los almerienses. La encuesta corrobora lo que desde el PSOE venimos denunciando hace años y es que no podemos tener una televisión pública de contenido eminentemente político en la que PP copa más del 90 por ciento de la programación, porque eso, como vemos, no interesa a nadie. Cada año el Partido Popular detrae 1,2 millones de euros del bolsillo de todos los almerienses para sufragar esta televisión, convertida en su juguete político, cuya mala reputación aumenta cada minuto de emisión, como corroboran los informes del Consejo Audiovisual de Andalucía -a la sazón presidido por el PP-, que ha tirado de la oreja a Interalmería en varias ocasiones por contenidos impropios de un medio público en el programa ‘La Tertulia’ y por exceso de tiempo dedicado a esta formación política en los informativos.
Es el momento de que la alcaldesa, como presidenta del Consejo de Administración de Interalmería, haga una profunda reflexión sobre el papel que debe jugar la televisión pública en nuestra sociedad y darle un cambio de rumbo para que este medio, supuestamente de todos, acoja programas para todos, con una programación atractiva y participativa, no solo para los seguidores del Partido Popular.
Hacer programas en los barrios, buscar la participación de la ciudadanía, crear espacios donde los más pequeños tengan protagonismo y difundir nuestros valores, por ejemplo, contribuirían a que la televisión fuera verdaderamente un servicio público y no una productora del PP de Almería pagada con dinero de todos, que es en lo que la han convertido. Desde estas páginas la animo a que lo haga. Hoy mejor que mañana.
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