Luces y Razones
Antonio Montero Alcaide
Navidad
Hace 206 años el pueblo de Madrid se levantó en armas contra las tropas francesas que estaban invadiendo nuestro país. Hechos similares se produjeron el Zaragoza y otros sitios de España, pero los de Madrid adquirieron una notable importancia gracias a los impresionantes lienzos con los que Goya inmortalizó estas hazañas, como “La carga de los mamelucos” o “Los fusilamientos del 3 de mayo”, pinturas inmortales llenas de fuerza y dramatismo.
Estos hechos de nuestro pasado histórico son una evidencia de la importancia que tiene la libertad y como requiere un esfuerzo constante por parte de todos, no exento de ciertos sacrificios, para conquistarla, protegerla y perpetuarla.
Escucho las noticias de estos días con estupor y un cierto grado de incredulidad, cuando los medios de comunicación mencionan las actuaciones de la policía en diversas partes de Estados Unidos. Están entrando en universidades y disolviendo por la fuerza las manifestaciones y acampadas realizadas por los estudiantes como protesta ante la intervención militar israelí en Gaza, que está masacrando a la población civil sin ninguna consideración.
Hay que recordar que estamos hablando del país considerado la primera democracia del mundo, a pesar de lo cual sus autoridades no tienen empacho en invadir los templos del conocimiento, como son las universidades, donde las nuevas generaciones se forman adquiriendo conocimientos con un espíritu crítico y libre ¿Qué enseñanza sacaran los estudiantes de estas incursiones policiales?
La semana pasada comentaba el peligro de los infundios y acusaciones falsas alentados por algunos medios de comunicación; o, lo que es peor, de las instituciones del estado cuyos miembros se perpetúan en el tiempo, no renovando sus puestos y pasándose por el arco del triunfo la Constitución; o de la perversión del “todo vale” para derribar al adversario, para imponer su voluntad en contra de la decisión del pueblo, manifestada en unas elecciones. Todas estas prácticas son ataques directos a la libertad de todos, son una amenaza, a veces latente, otras veladas y en ocasiones evidentes, pero en cualquier caso muy peligrosas, por lo que supone de retroceso en los derechos y deberes que todos tenemos.
Si queremos mantener nuestro estado de libertades, más allá de poder ir de cañas sin encontrarte con nuestro ex, debemos adquirir un compromiso decidido en su defensa y continuidad. Como bien dice el refrán: “Más vale prevenir que curar”.
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