Todo sobre tu karma
Juan Cobos Wilkins y los no amados
El primer amor, que nunca se olvida. Pero también el amor que vuelve en edad madura, con diferentes caras
El poeta Juan Cobos Wilkins publica su nuevo poemario, Los no amados, editado por Bartleby Editores. Un libro de poemas donde el autor dialoga con el lector sobre las diferentes formas con las que el amor se nos presenta. Porque cuando el ser humano se enfrenta al amor, a la única voluntad legítima de sometimiento a la que un ser humano puede aspirar, el ser transmuta y habita las estancias de la pasión y del dolor, del cielo y del infierno, de lo místico y lo profano. Y como un torrente vital el ser humano se presenta al mundo, despojado del metal, sólo y desnudo ante sí. Y el amor inevitablemente le quema, le arrastra a las más íntimas estancias del silencio y persiste en la otra persona que se halla en la otra orilla, así sea la lluvia, la sed o el desierto.
Juan Cobos Wilkins vuelve a seducirnos a través del lenguaje y nos habla de los sentimientos puros, primigenios y absolutos que rigen el amor, que despiertan la ilusión, la esperanza y el ensueño del ser. Que nos aboca a la realidad candente de la sangre, al subconsciente que nace como un clavel al borde del abismo, a la muerte irremediable en unos labios, al vacío, al caos. Y, sin embargo, cuando termina, es la ausencia quien nos viene a visitar. Y, en ese proceso de trasmutación del alma, en ese preciso instante donde todo parece perder la forma o la sustancia, el poeta, consciente del paso del tiempo y, paralelamente del amor, vuelve a mostranos que el amor renace como un camino trascendental, donde no sabemos a dónde nos va a llevar. Donde sólo nos queda dejarnos arrastrar por todas aquellas cosas que en silencio mueven al mundo, a advertir a todo aquello que existe detrás de ese tul que nos ciega y que al mismo tiempo nos da la luz, el alimento del alma, la voluntad inequívoca de seguir viviendo. El primer amor, que nunca se olvida. Pero también el amor que vuelve en edad madura, con diferentes caras, con diferentes nombres, cada noche, con otro cuerpo, en otro hombre o en otra mujer. Quizás, con la misma fuerza, con la misma profusión cardinal, pero con las vivencias de una vida plena, de una identidad personal que nos hace más sabios, porque en el amor, como en la muerte, se nace para volver nunca. Así son los versos de Juan Cobos Wilkins, palpitantes, concisos, urgentes, para sofocar un incendio que en mitad de la noche se ha desatado en nuestras almas.
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