Insultos

Nadie debería recibir insultos y faltas de respeto en su puesto de trabajo. Permitirlo o no entenderlo son actos de crueldad e hipocresía

11 de diciembre 2019 - 02:31

Dtodo problema social desconocido necesita de una urgente visibilidad. Y para ello hay que empezar, en primer lugar, por la definición del problema. La enunciación, en ese sentido, sirve como instrumento para discernir lo real de los populismos y/o estereotipos. Según la Real Academia un insulto es la acción de ofender a alguien, provocándole o irritándole con palabras o acciones. En el sector de la seguridad privada existe un altísimo porcentaje de insultos y faltas de respecto a diario. Tales como "segurata": palabra despectiva que procede del lenguaje coloquial, que no existe en el ordenamiento jurídico, y que infravalora la profesión del vigilante de seguridad. Su mención es una agresión verbal tal como "negro" a una persona de color o "maricón" a un gay. Es totalmente despectivo. Por otro lado está "guarda", vocablo muy ofensivo que se utiliza para ridiculizar a una persona uniformada que no forma parte de las FFCC. También está el "guarda de obra" que, con todos los respetos, no es un vigilante de seguridad al no ser profesional habilitado por el Ministerio del Interior. Además están las menciones como "portero", "conserje", etc. Estas no son funciones del personal de seguridad privada por lo que cualquiera que las desempeñe no pertenece al sector y llamar así a un profesional ofende a su dignidad laboral. Existen más pero estas señalan la necesidad de abrir un debate sobre la dignidad del ser humano en este sector. Nadie debería recibir insultos en su jornada de trabajo, nadie. Y permitirlo es un acto de hipocresía. Esto enlaza con la campaña de agresiones a los vigilantes que la FTSP-USO lleva tiempo desarrollando. Según la USO es necesaria una mayor visibilidad y protección jurídica. Los insultos son agresiones verbales, sin duda, y las faltas de consideración laboral un ataque a la dignidad que nadie debería permitir. Ninguna persona tiene porque ser infravalorado en su trabajo. La ciudadanía debe saber que es o no un insulto y que cuando pronuncian esas palabras están faltando al respeto a otro ciudadano. Despreciar a un semejante es un acto de crueldad y de maltrato. Dicho esto, y para acabar, diré cuáles son las palabras legales o correctas (no ofensivas) para que se sepan. Son estas: vigilante de seguridad, vigilante de explosivos, escolta privado, director de seguridad, jefe de seguridad, guarda rural, detective privado, entre otras.

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