
La Rambla
Julio Gonzálvez
Por una vida justa
La mirada zurda
CADA vez encuentro menos sentido a la palabra "Héroe", al menos en los tiempos que corren. Sin embargo el término "Villano", por desgracia, me resulta igual de vigente. Tal vez sea porque tiene que ver con la naturaleza humana diseñada para la supervivencia -exagerándola para el poder -. O tal vez sea porque en el mundo político los villanos son esos que desprecio porque utilizan la corrupción para engañarme. Esos son los fuertes, los que tienen los recursos y las redes asociativas, los que cuentan con un pensamiento único que los mantiene unidos para protegerse los unos a los otros en detrimento de nosotros, el pueblo engañado, manipulado y puesto a su servicio. Los salvapatrias, en ese trance, no ejercen como tal. Por eso me decepcionan. No se parecen en nada a los héroes del comic, a los del cine o a los de las leyendas urbanas. Ninguno de los que se dicen salvadores del pueblo está dando su vida por los demás; ninguno tiene la suficiente convicción como para generar una revolución; ninguno tiene poderes especiales y parecen estar todos afectados por la Kriptonita...
Al contrario de lo que debieran están creando trabas para nuestro desarrollo. Los partidos alternativos (que no de izquierdas) son tan críticos entre ellos que disgregan al pueblo inútilmente haciéndolo débil frente al poder de los conservadores (que no de derechas). Por si fuera poco desprecian los recursos necesarios para competir contra la tiranía y el inmovilismo. Pero peor aún viven invadidos por una infantil ingenuidad que les lleva a confundir utopía y realidad. Creen que con desear las cosas es suficiente para que se cumplan, igual que San Anselmo que defendía la existencia de Dios solo porque era lo más perfecto que se le había ocurrido. Para ellos la palabra pragmatismo carece de sentido ya que la utopía es suficiente. El problema es que fracasan y dejan tras su paso un pueblo dividido, sin medios y sin capacidad de ataque. Por eso he dejado de creer en ellos. Los héroes han muerto, solo veo versiones con mucha fe y poca fuerza. Yo, como ciudadano, necesito héroes de verdad, no falsos mesías con problemas de autoestima. Me hacen falta salvapatrias reales y me sobran ingenuos en las listas electorales que solo ambicionan a una subcultura o a una estética. Ya estoy cansado de ver como los vilanos se ríen de todos nosotros.
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