Electoralismo como vana excusa

Se supone que tomar postura ante un proyecto de ley exige algo más que rechazarlo por ser electoralista

30 de mayo 2024 - 00:15

Me gustaría reflexionar un poco sobre ese mantra que se ha repetido una y otra vez en las últimas semanas. Ante bastantes propuestas se responde con un “eso es electoralismo”, y con esa calificación aparentemente tan simple se considera razón suficiente para rechazarla. Comprendo que surja la sonrisa en los labios incluso un dejo de desdén si en un mitin empezaran a brotar de la boca de los oradores promesas como la de conseguir que aquel pueblo encallado en las Alpujarras llegara a tener puerto de mar. Pero eso no es electoralismo. Promesas similares son sencillamente una idiotez. No obstante hay otras promesas que sí se pueden calificar de electoralismo, por lo que pueden criticarse. Diferente es el caso de asistir en el Congreso de los Diputados a la votación de un proyecto de ley y negarse a aprobarlo por considerar que se trata de simple electoralismo. Esto ya no lo consigo entender. Se supone que tomar postura ante un proyecto de ley exige algo más que un echar balones fuera sin hacer mención del contenido de la propuesta. Se me ocurren unas cuantas hipótesis y, de todas ellas, no sé cuál es la peor. Podríamos suponer que se trata de simple pereza mental, desgana, a la hora de desgranar algunos argumentos que apoyen la negativa o la abstención. Si es así, deberían de abandonar de inmediato el escaño o por lo menos recortarles el sueldo. Claro que también puede deberse a incapacidad a la hora de examinar la ley y sus consecuencias. En este caso solo cabe pedirles que de inmediato se marchen. Hay, sin embargo, una tercera posibilidad, la más plausible y también la más triste. Cierto grupo parlamentario está de acuerdo con el contenido de la ley propuesta, pero resulta que si se aprueba, los ciudadanos se verán beneficiados; pero eso redundará en beneficio del proponente, lo que tendrá como consecuencia que aumente la afección por ese partido. Por tanto, aun cuando estén de acuerdo con el contenido de la ley no la votarán para evitar que los “otros” se apunten un tanto. ¿Es esto juego parlamentario? No me parece asumible que los intereses partidistas estén por encima de los intereses de los ciudadanos. Esto responde a una concepción de los partidos que en modo alguno comparto: que los partidos son solo una maquinaria para llegar al poder. Y entonces, cuando lleguen al poder su único objetivo sería mantenerlo a cualquier precio. Sencillamente rechazable.

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