¿De qué se ríen?
Los Coloraos, hechos y leyendas
Ayer asistimos a la rueda de prensa en la que el secretario de Estado, Fernando Martínez, presentó la confirmación científica de uno de los hechos más relevantes sobre Los Coloraos: que los restos que están en un nicho del cementerio de San José pertenecen a los liberales asesinados en 1924. Hay un compromiso cerrado entre el Ayuntamiento y el Gobierno para trasladar esos restos al monumento de la Plaza Vieja, el popular Pingurucho que, a partir de ese momento, pasará de cenotafio a mausoleo. Como lo fue desde el primer momento de su erección hasta su derribo en 1943, a pesar de que los ignaros lo llamaban cenotafio.
Aquella demolición ha sido uno de los temas más destacados en el ciclo de conferencias organizado por el Instituto de Estudios Almerienses con motivo del Bicentenario, que se está celebrando este año. Hasta ahora, una leyenda corría de boca en boca sobre la responsabilidad directa de Franco en la desaparición del Pingurucho. Decían que el “caudillo” se había asomado al balcón del Ayuntamiento y, al echar en falta el obelisco, el alcalde le dijo que había mandado quitarlo; Franco le contestó que había hecho mal, porque le iban a echar la culpa a él. Uno de los conferenciantes, Óscar Rodríguez Barreira desveló, con textos y fotografías, la falsedad de tal anécdota: en aquella visita a Almería de 1943 Franco dio su discurso en la Puerta de Purchena. Sí estuvo en la Plaza Vieja en 1958, cuando no quedaba ni recuerdo del monumento. Es claro que esta trola estaba montada para “endulzar” la imagen del dictador.
El profesor Barreira también aportó el dato de que dos conspicuos falangistas, Luis “El Largo” y un tal Rapallo, poco antes de la visita de Franco, saltaron la valla y rompieron con marros la parte baja del Pingurucho, las cartelas en las que figuraban los nombres de los “Mártires de la Libertad”. En varias de las conferencias también quedó patente que la “burguesía católica fascistizada” fue la base social del franquismo en Almería. Lo que pasa es que esas familias poderosas siempre han sabido pegarse al poder. Cuando la Constitución de Cádiz una buena parte de la burguesía estaba en contra del “rey felón”. Eran liberales, como lo fueron los que apoyaron a Isabel II contra los carlistas. También las dos repúblicas españolas fueron apoyadas en buena medida por liberales. Y hoy, ¿quiénes son los liberales? Los que se autodefinen así, ¿asumen alguno de los principios éticos de aquellos liberales del XIX?
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