Opinión
Reinauguración del sagrado corazón de jesús
EL 4 de octubre de 1524 se puso la primera piedra de la Catedral de Almería. En algo más de cuatro meses habrán transcurrido 500 años desde aquel acto que cambió para siempre la Almería que se conocía. Un golpe en la mesa de un visionario, para dar paso de una ciudad que acababa de ser reconquistada a un tiempo de modernidad, de desarrollo, de búsqueda de prosperidad y de identidad, en una España que daba sus primeros pasos como concepto de nación.
La conmemoración no es baladí. Al contrario. Tiene y conlleva un profundo significado del que desde Diario de Almería, uno de los diez periódicos que el Grupo Joly tiene repartidos por la geografía andaluza, pretende hacerse eco a lo largo de este tiempo. Queremos contribuir, siempre desde la modestia, pero con la convicción que nos dar liderar la comunicación y la información en esta tierra desde hace casi dos décadas y algo más de siglo y medio en toda la comunidad, a poner en valor tan magna efeméride para una ciudad y una provincia que crece y se desarrolla en la misma medida que la innovación y la historia se fusionan. Para avanzar en el camino de la modernidad, pero con el ancla de la historia como asidero del que partir hacia un mundo globalizado, en el que estamos inmersos desde hace décadas, y en el que nos movemos con prudencia, pero sabedores de nuestras capacidad.
Las mismas que los líderes de entonces, capitaneados por el obispo Fray Diego de Villalán supieron ver para no ceñirse a los perímetros que en tiempos medievales ocupaba la antigua Mezquita Mayor, seriamente dañada por el terremoto.
Gran visionario, y consciente de la necesidad de partir hacia lo desconocido con la fuerza de la razón, las fuertes creencias religiosas y convencido de un futuro mejor, esta tierra que hoy se sumerge en las mismas necesidades, en las mismas dificultades, pero con la convicción de que el futuro nos depara sorpresas agradables, vive la celebración del 500 aniversario de la Catedral-Fortaleza preñada de esperanza, positividad y cierto miedo a lo desconocido, pero asentados y asidos a las piedras que entonces irradiaban ilusión y que hoy son el símbolo por excelencia de Almería.
Con ese compromiso Diario de Almería va a tratar en estos meses de aportar su grano a arena a una celebración que debe ser motivo de gozo, de alegría, de compromiso y confianza en el futuro. Y en esa línea iniciamos hoy con una entrevista en profundidad al Dean de la Catedral, Juan José Martín Campos, la senda de un camino que nos llevará, espero que con éxito, al 4 de octubre. Ese camino ni queremos ni pretendemos hacerlo solos. Buscamos la complicidad y el compromiso de todos los almerienses, lectores o no de Diario de Almería, para dejar lacrada y sellada una efeméride que dentro de otros cinco siglos se recordará como un punto de inflexión y testigo de la vida de Almería.
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