Cambalache

El cambalache debió de comenzar con Adán y Eva y se prolongará hasta Apocalipsis, que tiene pinta de no estar tan lejano

14 de mayo 2024 - 00:00

No conozco mejor descripción del eterno estado de las cosas, que la que hizo Enrique Santos Discépolo en el incontestable tango “Cambalache”. Fue un exquisito poeta que hasta cuestionó a Dios, un eximio compositor, un ocurrente actor, guionista y autor teatral visionario. Dice cosas como estas: “Que el mundo fue y será una porqueria ya lo sé, en el 506 y en el 2000 también. Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos. Siglo XX cambalache, problemático y febril. El que no llora no mama y el que no afana es un gil”. Esta bella partitura cumple 90 años y ha sido cantada por los más variados cantantes a nivel mundial.

El cambalache debió de comenzar con Adán y Eva y se prolongará hasta Apocalipsis, que tiene pinta de no estar tan lejano. Siempre he creído en tópicos tan manidos como que la cara es el espejo del alma y que por la apariencia conoceremos al personal. Con excepciones, por supuesto. Pienso en ello cuando, hace unas meses, veía en los informativos de las televisiones el funeral de Estado que le dedicaron al todopoderoso Berlusconi, corrupto ancestral, estafador a gran escala, entrañable colega de la mafia, magnate de la telebasura. ¿Cómo se puede uno fiar alguien de individuo semejante, con ese careto operado hasta la náusea, hasta decir basta? Pues sí, amigo lector, gran parte del pueblo italiano le amaba. O tal vez le envidiaban, querrían haber sido como él. Otro espécimen que inspira inmediata grima y superior rechazo es ese gorila mentiroso, que por cierto, está en pre-campaña por ciertos estados del país y sin el menor escrúpulo, llamado Trump. Pero oiga, alcanzaron el trono y son admirados por gran parte de la plebe autóctona. A Putin, antiguo jefazo del KGB, se lo imagina torturándole los genitales a cualquiera que no esté de acuerdo con él. Pues sí. Así es. Torturador…y me quedo corto. O lanzando una bomba atómica sin que se le altere su anatomía ni su ennegrecido corazón. También, y no son pocos, amenaza con ello el sátrapa de Corea del Norte, cuya pinta es la de un bebé monstruoso. ¿O no?

Como vemos a diario en los informativos de las diferentes cadenas de radio y televisión, y leemos en la prensa escrita, la letra de este tango “Cambalache” es la denuncia a diversas problemáticas que se viven en diferentes países y aún mantiene vigencia ya que sus versos pueden aplicarse a distintas regiones, épocas y situaciones políticas a nivel mundial.

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