El Calvario, amor de Dios

El Vía Crucis fue un adelanto a la Estación de Penitencia del Miércoles Santo, cuyos cofrades acompañaron al Cristo del Mar

19 de febrero 2024 - 00:45

Este asado primer viernes de Cuaresma, tuvimos ocasión de asistir, entrada la noche, al Vía Crucis penitencial con la impronta de la austeridad y sobriedad con la imagen sagrada del Santísimo Cristo del Mar de la Marianista Cofradía del Calvario, desde la Iglesia parroquial de san Roque por las calles de la feligresía de los barrios de Pescadería – La Chanca. Unos momentos de piedad, un camino de oración, de meditación de la pasión y muerte de Jesucristo en su camino al Calvario. Demasiadas cruces en el silencio de las miradas al rostro del Cristo del Mar pronunciando en los interiores de los corazones sus últimas siete palabras.

El Vía Crucis fue un adelanto a la Estación de Penitencia del Miércoles Santo, cuyos cofrades acompañaron al Cristo del Mar con un íntimo silencio porque solo en ese silencio de negro ruan se podía escuchar la Palabra de Dios, iluminando el alma de las mujeres y hombres que presenciaban el paso de Cristo en la cruz en estas calles tan emblemáticas de la ciudad, convirtiéndolas durante unos minutos en un templo, sumándonos a los dolores de sus gentes a través de esa gran tarea de evangelizar en comunión eclesial.

Hermoso fue cuando pronunciándose en la soledad de la tragedia el espectro de la muerte con sexta Estación del Vía Crucis en la voz del reverendo padre Marianista, coincidió con el altar efímero en el Colegio “Madre de Dios”, situado en la calle Cordoneros, haciéndose latente el lema que “Educar es nuestra forma de amar”, desafiando a los miedos y al peligro de estos tiempos presentes, anunciando, a pesar de todo, la vida del amor que nunca termina, la fe de los que son capaces de encontrarse en el desasosiego de los momentos difíciles. Catorce Estaciones del Vía Crucis del Cristo del Mar de oración íntima, oración profunda, oración espontánea, oración anónima, oración del tiempo, oración del amor, oración de nuestra vida misma, oración expresando los deseos y las esperanzas, oración enviada a la Madre, María Santísima de las Lágrimas, la Mediadora entre el Cielo y la Iglesia, oración cofrade al Amor de Dios, que es roca, viento y fuego, silencio y palabra.

La última Estación, Jesús muere en la Cruz, mirando entronizado la imagen del Cristo del Mar hacia la inmensidad de las aguas del Mediterráneo para rezar por todas las familias de los pescadores, familias marineras, que tanto han hecho y siguen haciendo por la historia, la cultura y la economía de este barrio de Pescadería-La Chanca y por toda la ciudad de Almería.

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