Antonio Lao
El silencio de los pueblos
La provincia tiene dos consejeros en el nuevo gobierno de la Junta de Andalucía. Carmen Crespo mantiene Agricultura, a la que suma Medio Rural y Agua y Ramón Fernández Pacheco, hasta hace unos días alcalde de la capital, se hará cargo de Sostenibilidad y Medio Ambiente, que en la legislatura anterior compartía con Agricultura.
A partir de aquí ustedes y yo podremos analizar cualquier variable que, con seguridad, tendrá cierto sentido y hasta es posible que acertemos. Pero lo incontestable es que Almería como provincia tendrá algo más de presencia en el Ejecutivo Andaluz. Lo que, sin duda, debe entenderse como bueno para esta tierra.
El síndrome de esquina que tanto usamos desde tiempos inmemoriales y con el que nos gusta flagelarnos más de lo necesario, diría yo, a partir de ahora debe tender a amainar. Y no es que la presencia de dos consejeros en el nuevo Gobierno de la Junta vaya a suponer para esta tierra un cambio drástico en cuanto a inversiones y similares, que no. Pero si es cierto que tener dos voces autorizadas sentadas al lado del presidente de la Junta presupone que pueda tener claras las necesidades de la provincia, sin que nadie que no viva aquí le pueda contar o susurrar al oído cuáles son las prioridades o no de esta tierra.
Bajo estas premisas lamento que, sin haber aún tomado posesión del cargo, los agoreros comenzasen a hacer sus previsiones de bola de cristal falsa, en las que vislumbran nubarrones que, con seguridad, ni se atisban, ni se van a producir.
Carmen Crespo y Ramón Fernández Pacheco van a ser los "Pepito Grillo" del presidente un día sí y otra también, en defensa de las necesidades y los intereses de Almería. Ambos serán capaces, no me cabe duda, de poner encima de la mesa del Consejo de Gobierno las carencias de este rincón del Mediterráneo, cómo afrontarlas y buscar soluciones. Pero esto mismo lo dije en su momento cuando Fuensanta Coves fue consejera de Medio Ambiente; Mari Carmen Ortiz de Agricultura o Martín Soler de Innovación, Ciencia y Empresa, por poner algunos ejemplos recientes.
También les aclaro que quienes piensen que esto supondrá para esta tierra la llegada del maná salvador están muy equivocados. Si ponemos el listón muy alto y las pretensiones elevadas, la decepción puede ser morrocutoda y sólo acarreará frustración.
Seamos capaces, por tanto, de situar en su justo término y medida los nombramientos. ¿Serán buenos para Almería? Sin dudarlo sí. ¿Las soluciones a nuestros problemas llegarán por esto? Rotundamente, no. Avanzamos paso a paso, tratando de resituar y buscar el encaje de la provincia en una comunidad de más de 8 millones de habitantes, en la que seguimos siendo la esquina y una de las tierras más desconocidas de Andalucía. Pero el camino, no lo duden, se acorta con Sevilla.
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