En Almería “Fuimos hombres de luz”*

En estos momentos vivofuera, lo cual me da una perspectiva que inmersoen Almería no podría tener

05 de junio 2024 - 00:00

Como a lo largo de mi vida he tenido ocasiones para decidir vivir en Almería y para no hacerlo, las he ido utilizando de la forma que he considerado oportuno. Es lo que tiene amar la libertad y utilizarla. En estos momentos vivo fuera, lo cual me da una perspectiva que inmerso en Almería no podría tener. Eso, aparentemente simple, no lo es. De hecho, cuando don Ramiro me lo explicó en Dibujo Técnico de PREU, me encantó. No por el concepto en sí, sino por su aplicabilidad a la vida y a situaciones concretas de la misma, en diversos aspectos.

Vienen esas afirmaciones para dejar claro que me gusta Almería, que no la olvido y que el Reducto por unas razones, y Cabo de Gata por otras están siempre presentes en mis pensamientos.

El Reducto era tan bonito como lo puede ser, o más, la Alcaicería, el Zacatín, o el Paseo de los Tristes de Granada e incluso el Barrio de las Letras de Madrid con sus cuestas. El Cabo, de momento, supera al Mulhacén o al Veleta nevados, y te da una sensación de libertad que no te da Aranjuez ni con todos sus jardines en flor, ni con los campos llenos de fresas. Lo siento.

Como me duele Almería me atrevo a decir, con todo respeto, que “lleva el paso cambiado”, pero no en un sólo aspecto, sino en varios. Además, no se puede señalar un responsable, porque son un cúmulo de circunstancias y un cúmulo de responsables, porque hubo un momento en que “alguien o alguienes” pensaron que Almería ya estaba bien y ahí aflojaron la marcha.

Tiene un parque natural, el del Cabo, gracias a don José González, pero no le auguro un futuro, que quizás yo no vea, ni cierto ni brillante. Por una parte, están los metros cuadrados de suelo natural que alguien soñará con ver convertidos en solares, y por otra parte, tiene guasa que con la cantidad de costa que tiene Almería, hayan construído una desaladora allí sin prever qué hacer con las salmueras del rechazo de la ósmosis. ¿De verdad, a nadie se le ocurrió pensar que esas salmueras para lo único que sirven, prácticamente, es para hacer arenques o para quemar el fondo marino, según el lugar donde se viertan y que, desde luego, en la orilla de la playa no se pueden verter?

Otro día más.

* entresacado del Himno de Andalucía

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