1984-2024 pasando por Callao

El Medio y el Ambiente

26 de junio 2024 - 03:08

Cme acordé de esa historieta hace unos días cuando recibí una invitación del Banco Mediolanum para asistir a un evento que, organizado por ellos, se celebraba el pasado jueves, “ná menos” que en el Cine Capitol, en plena Gran Vía, y cerca de Callao y del hotel en que mi suegro se hospedaba cuando era exportador, y tenía que ver a algún cliente. Recuerdo que en una cena familiar, que por cierto, terminó bien, le comenté que un poco más abajo del hotel estaba la célebre Sala de Fiestas Pasapoga, y que alguna copa se habría tomado allí. Muy indignado me dijo, “tú sabes que si hay que ir con un cliente a tomarse una copa, pues se va”. Y cambiamos de tema.

Con esos antecedentes, me organicé, con ayuda de mi hijo pequeño, y me fui con tiempo para dar una vuelta por Callao y por la Gran Vía, así como para ir a la Librería “La Central” donde hay que entrar siempre que visitas la zona.

Vi uno de Stefan Zweig que me llamó la atención pero era muy sesudo, y lo dejé para una próxima visita, pero con el que no pude resistir la tentación y volví a comprarme, pues no lo tengo aquí, es el célebre “1984” de Orwell, que cuando lo leí por primera vez me parecía ciencia ficción, con más ficción que los libros de Julio Verne, y que con el paso de los años se ha hecho más realidad que los billetes de 20 euros, por ahora, ya que como sigan por donde van los de Davos, o los de Bilderberg, o alguna de esas asociaciones a las que se apuntan “los del sombrero en forma de chimenea” que dice Williams, el relator de Orwell, desaparece la moneda física del modo y manera que les interese a ellos y nos quedamos hasta sin billetes de 20 euros.

De hecho he marcado algunas frases, como por ejemplo: “Hasta que (los proles) no tomen conciencia no se rebelarán, y sin rebelarse no podrán tomar conciencia” Son los aparentes juegos de palabras que junto con el nuevo idioma tanto le gustan al Hermano Mayor.

Con ser muy bueno el libro y lo que dice, lo mejor no es lo que dice Orwell, o su escribidor Williams, sino la clarividencia que tuvo al escribirlo, pues parece que estaba viendo, más que imaginando, algunos de los personajes actuales que salen en los medios de comunicación tratando de pontificar con frases tipo Selecciones del Reader’s Digest, pero de mal gusto, que paren con harta frecuencia. ¡Hay que releer 1984!

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