Tropezar con la misma piedra

15 de agosto 2024 - 03:07

La resolución del ‘caso Pubill’ expone con claridad la falta de planificación del Almería. Es evidente que el club no es responsable del enorme mar de dudas de la Atalanta con la rodilla del flamante campeón olímpico rojiblanco, pero sí hay que señalar a la entidad como única culpable de una plantilla que tan sólo ha incorporado una pieza respecto al malogrado ejercicio anterior. No hay plan B, ni C, ni Z. Toda la confección de la UDA 24/25 dependía sí o sí de la venta del catalán. Y lo de este verano no es una excepción tras la morterada invertida la pasada campaña. Ya en la ventana de fichajes de los más de 50 millones, la institución decidió adentrarse en el mercado a partir del pelotazo de El Bilal al conjunto bergamasco, léase, a comienzos de agosto. Pero la diferencia que más asusta al aficionado respecto al año anterior es la continuidad del grueso de aquel equipo que batió todos los récords negativos posibles en LaLiga. El almeriensismo, huérfano de ilusión, exige respuestas a una hoja de ruta que se debería haber puesto en marcha en abril, mes en el que se consumó el descenso a Segunda. La lógica preocupación de los fieles indálicos se verá traducida el domingo en El Sardinero con una alineación que formará con los mismos once protagonistas del desastroso curso pasado a excepción de Melamed. Desde luego, el acierto en el banquillo es impepinable. Rubi era el único nombre que podía sacar la sonrisa del seguidor rojiblanco. Pero también es indiscutible que el elenco continúa con la misma línea defensiva que encajó 75 goles en Primera y que únicamente existe una opción de garantías para la punta de lanza. Por nombres e inversión, es una realidad que el Almería está obligado a estar arriba luchando por el ascenso directo. Sin embargo, el equipo sigue siendo un conjunto de individualidades y no un colectivo. La marea rojiblanca cumplió; la cúpula deportiva, no.

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