Seguimos aquí

El tiempo pasa más rápido de lo que a todos nos gustaría. La que entra será la vigésima temporada que un servidor esté abonado a la UD Almería. Ininterrumpidamente desde la 2004/05, año en el que se inauguró el Estadio Mediterráneo. Por aquel entonces, lo he dicho alguna vez, el nuevo hogar del equipo rojiblanco se nos quedaba enorme. Las pistas alejaron del césped a una afición nueva y silenciosa, lo que, sumado a que el aumento del aforo con respecto al Juan Rojas no vino acompañado de un incremento del número de abonados -al menos, no significativo-, nos difuminaba en las gradas y provocaba que los partidos de liga parecieran de todo menos un deporte profesional. Yo apenas tenía doce años, pero recuerdo encuentros en los que no se superaban las cuatro mil personas. El fútbol era triste. Hoy las cosas han cambiado mucho. Los tres ascensos en dos décadas nos han brindado ocho cursos en Primera, y el mero paso de los años nos ha dado experiencia como entidad, solera como hinchada e historia como club. Día a día es complicado vislumbrar este crecimiento. Como ver crecer una planta. Es casi imperceptible a simple vista. Sin embargo, es la distancia la que te ayuda a valorar que, efectivamente, aunque nos creamos que nada ocurre, sucede. Aunque no hagamos nada salvo seguir aquí mientras el tiempo pasa. Esta semana la UD Almería cerrará las renovaciones con cerca de once mil abonados. Misma categoría que hace dos décadas, pero el triple de personas. Esta gente cantará el himno, recibirá al autobús, hará quedadas antes de los partidos, entonará cánticos al unísono y lucirá decenas de bufandas y camisetas rojiblancas diferentes, de distintos años y diseños. Si de la 2004/05 aquel niño de doce años hubiera saltado directamente a esta 2024/25 podría creer que no hemos avanzado. Que seguimos en la misma categoría y dentro del mismo frío recinto. Pero entre medias ha ocurrido mucho. Y lo mejor es que los años nos han dado la certeza de que va a seguir ocurriendo.