Lo primero, salir

La llegada del mes de julio ha devuelto el movimiento al seno de la UD Almería. Junto con la acertada campaña de abonos, con precios medianamente razonables y dirigida a tocar la fibra de una afición todavía cariacontecida, están produciéndose los primeros anuncios de cara al curso que viene. La mayoría, eso sí, esperados. Era evidente que Luka Romero y el Choco Lozano no formarían parte del reto del ascenso, mientras que el fichaje de Maximiano era un secreto a voces, así como la continuidad de Bruno Langa. Quizás lo de Baba ha sido, hasta el momento, el movimiento más atípico de cuantos lleva el club. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer. Sobre todo, en el apartado salidas. El Almería cuenta actualmente con un overbooking insostenible que, por el bien de todos, debería empezar a aliviarse antes del inicio de la pretemporada. Es evidente que, en el fútbol actual, donde todo puede cambiar hasta el último minuto de mercado, resulta imposible dejar cerrada la plantilla antes del inicio liguero, pero resolver buena parte del trabajo sí puede ayudar a que el clima del grupo sea mejor, a que Rubi pueda ir moldeando cuanto antes al equipo o a que el ruido del entorno disminuya. Y a dejar paso a un filial que presenta varios candidatos a, cuanto menos, probar en pretemporada con el primer equipo. Así, en la situación actual las salidas son más prioritarias que las entradas. No cualquier futbolista ni a cualquier precio, claro, y es que, pese a la devaluación de buena parte de las piezas de la plantilla, algunas de ellas presentan nivel más que suficiente para ser diferenciales en Segunda. Muestra, el pensar así de estos jugadores, de que poco a poco se nos va olvidando lo vivido y estamos dispuestos a hacer borrón y cuenta nueva. La memoria es selectiva. Incluso tras un año tan horripilante.