Rubi, ¿y si nos fiamos?

15 de noviembre 2024 - 03:09

Con la boca chica y sin levantar la voz. Rubi, a pesar del gran momento de forma de la UD Almería, no dispara el optimismo en ninguna de sus comparecencias. En el egoísmo bien entendido de cada entrenador, seguro que el catalán dio por seguro que iba a cambiar la dinámica de un equipo que había descendido a Segunda con solo 21 puntos cuando firmó este verano con la entidad de la Vega de Acá. Esa marcha perdedora que, con el paso de las semanas, supo que no iba a ser tarea fácil de revertir. Porque el vestuario estaba lleno de miedos, de una incertidumbre que solo podría acabar desde un duro camino en el que varios varapalos tuvieron que cayerle a un bloque frágil mental y deportivamente. En esas hostias competitivas, como la del día del Castellón, el entrenador detectó el problema y, ahora, parece que ha empezado a acabar con él. Un trabajo psicológico y táctico, en ese orden, en el que primero se tuvo que convencer de ganar antes de conseguir las victorias. Con un cambio de sistema que potencia a perfiles como Luis Suárez o Iddrisu Baba más la aparición de Fernando, Rubi tiene su columna definida. Con ella, tres triunfos en las últimas cuatro jornadas. Con los mismos once cabrones, como dijo en su día Toschack. No obstante, el míscerrar heridas que quizás estén cicatrizadas, pero pesa más el temor a que vuelvan a abrirse. No es para menos. Ese “no me fío” denota el duro proceso de aguantar semana tras semana los empalagosos halagos de los rivales que después no se trasladaban al campo. Quizás sea ahora cuando cobren sentido todos esos elogios con el mejor jugador de la categoría de dulce -Suárez- y una defensa con carencias que, por lo menos, no encaja dos goles por fecha. Claro, ¿y ahora qué? Pues vamos a tener que fiarnos. Con nuestras reticencias, eso sí.

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