Rubi, tenemos un problema

Ojalá fuera solo uno. En realidad, tenemos muchos problemas, más de uno y de dos. Este Almería no carbura, y no creo que a nadie le pille por sorpresa. Esta plantilla ya nos había demostrado la temporada pasada lo que eran capaces de hacer y, sobre todo, lo incapaces que podrían llegar a ser. Una plantilla que estuvo virtualmente descendida desde septiembre y en la que la falta de liderazgo es más que evidente. Esa misma plantilla, con algunas salidas notables y un solo fichaje, era la apuesta para la presente temporada. No sabemos si es por culpa del límite salarial o si es por convicción. Si es por el fair play financiero, demuestra el desmadre de la temporada pasada y de la gestión económica. Si es por lo segundo, la situación es mucho más grave de lo que nos pensamos. El CEO del club defendió la semana pasada que esta plantilla era mejor de lo que decían los números. También dijo que Rubi seguiría sí o sí, se ascendiera o no. Lo que no dijo es que Rubi tiene que seguir de todas, todas porque con el contrato fuera de mercado que le firmaron el club no puede permitirse el lujo de cesarlo. Tampoco dijo que, como no ascendamos, la llevamos clara y el club estaría en una situación económica y deportiva nada halagüeña. Cuando firmamos al entrenador catalán, ya dije que esperaba que en el club no creyeran que solo con traer a Rubi se podía arreglar este desaguisado. El tiempo, lamentablemente, demuestra que, efectivamente, es lo que pensaron. También dije que creía que con Rubi íbamos a amortiguar la caída (el descenso a 1ªRFEF, con la dinámica y plantilla actual no me parecía descabellado, viendo otros ejemplos anteriores) y no tenía tan claro el ascenso, mucho menos el directo. Si algo ha demostrado este arranque de liga es que, hoy en día, el ascenso no es un objetivo real y la permanencia debe ser la prioridad. Para ello, Rubi debe hilar fino porque la caseta es un polvorín y a la afición se le acaba la paciencia. Su dirección de campo tiene que mejorar, así como su selección de jugadores, elección de cambios y hasta el sistema de juego. Casi nada.