Visto y Oído
Sonia
En los últimos días se ha producido un notable aumento de la volatilidad en las bolsas globales, con un epicentro en la corrección que han experimentado los grandes valores tecnológicos estadounidenses. Estas caídas se han compensado parcialmente con subidas en otras partes del mercado con valoraciones menos exigentes, por lo que el retroceso de los índices ha sido hasta ahora moderado.
El detonante de esta rotación ha sido el buen dato de inflación de EEUU en junio y cierta relajación del mercado laboral, lo que ha reforzado la confianza del mercado en un proceso de rebajas de tipos que prolongaría el ciclo de crecimiento algunos años más. En este sentido, las expectativas del mercado a medio plazo salen reforzadas, pero a corto plazo diversos factores implican un mayor riesgo de corrección en el verano, un período propicio para episodios de volatilidad.
Entre ellos destacan factores políticos como las consecuencias de las recientes elecciones europeas o la celebración de elecciones presidenciales en EEUU en noviembre. El mercado empieza a otorgar una elevada probabilidad a la victoria de Trump, y ha empezado a preocuparse por algunas de sus posibles medidas. En particular, la posibilidad de una nueva guerra arancelaria y mayores restricciones a las exportaciones de tecnología a China podrían prolongar el ajuste de valoraciones que se ha iniciado en el sector tecnológico. A su vez, el deterioro de las expectativas de la economía china tiene un impacto negativo en la bolsa europea, con muchas compañías expuestas al país asiático. Tras las fuertes revalorizaciones de la primera parte del año, el reciente aumento de la volatilidad aconseja una posición de mayor cautela en las bolsas.
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