El pueblo ha respondido

Diciembre de 2011. En una lluviosa jornada en la capital almeriense, el equipo de Lucas Alcaraz afrontaba un trámite en Copa del Rey contra un equipo de Primera División como Osasuna. Apenas 2.000 personas presenciaron aquel día un encuentro desangelado, con la mayoría de butacas de un estadio, ya de por sí frío por la pista de atletismo, vacías. Una estampa que representaba a una afición que vivía todavía el shock del primer descenso de la historia de la Unión Deportiva. Aquellos años en los que superar la barrera psicológica de los 10.000 espectadores era motivo de celebración. Un tiempo en el que las camisetas del Almería decoraban los armarios y los más pequeños se debatían entre si portar la diez de Leo Messi o el siete de Cristiano Ronaldo. Trece años después, la vida es totalmente diferente en la ciudad. Después de una trágica temporada, en la que el equipo pereció muerto desde el inicio, la afición demostró que ellos no iban a seguir el camino perdedor de sus jugadores. Cada fin de semana, las gradas estaban repletas para seguir apoyando a los rojiblancos. Ahora, con un nuevo descenso de categoría, serán nuevamente 15.000 abonados para el siguiente curso. Una cifra impresionante que muestra que el sentimiento de pertenencia es una realidad completamente instaurada en la parroquia indálica. Una evolución natural tras más de dos décadas en el fútbol profesional que constata el apoyo incondicional de unos seguidores que estarán un año más al lado de su equipo. Si el objetivo es volver a Primera División, el primer paso se ha conseguido sin ni siquiera disputar un minuto de la competición. El pueblo ha respondido. Ahora es el turno de los pupilos de Rubi. Es el momento de ir todos a una.