La provincia que olvidó el fútbol

Este domingo, el Poli Almería y el Poli El Ejido vuelven a verse las caras en la Ciudad Deportiva de Los Ángeles. Un partido en el que los dos representantes de la provincia de Almería jugarán uno de los dos únicos derbis que se disputarán esta temporada en las cinco principales categorías del fútbol nacional. Aroma a revancha por parte de los celestes tras caer derrotados en los dos duelos del pasado curso y ganas de salir de los puestos de descenso en los capitalinos. Sea como fuere, la triste realidad de este deporte en tierras almerienses es de un desapego terrible. Con municipios como Roquetas del Mar, con casi 100.000 habitantes, que no cuenta con un equipo fuerte asentado en algunas de estas ligas, ejemplifica bastante bien esta circunstancia. Al igual que ocurre con otras localidades como Níjar, Carboneras, Adra, Berja o Huércal de Almería, con músculo económico, social e institucional para llevar a cabo proyectos deportivos que han desaparecido del mapa futbolístico en la última década. Otras zonas del territorio peninsular, con menos densidad de población, cuentan con clubes en categorías en las que no hay representación almeriense. El otro caso más sangrante es el del Polideportivo El Ejido, entidad que está llamada a ser importante en el fútbol nacional y lucha por consolidarse en Tercera Federación tras una gestión pésima durante muchos años. Quizás ese sea otro de los problemas, el hecho de directivas que no han conseguido darle continuidad a los diferentes conjuntos que antes ocupaban un destacado rol en Segunda B y Tercera División. Una cuestión que refleja la idiosincrasia almeriense, tan problemática como representativa de una región que convive con ese complejo de inferioridad que hay que quitarse cuanto antes. Necesario en el ámbito deportivo, pero también en otros en los que este hecho sobresale.