Política y fútbol

13 de enero 2025 - 03:08

Si uno hiciera una encuesta ciudadana y preguntara a la gente si política y fútbol deben ir de la mano, me juego mi reino a que la respuesta masiva, sería un NO rotundo. Digo fútbol, pero hágalo usted extensible a cualquier disciplina o deporte que distraiga las mentes de las personas y las alejen de la realidad aguda en la que en general nos toca desenvolvernos. El fútbol es el nuevo opio de los pueblos diría Carl Marx, si fuera un contemporáneo. Sin embargo y a pesar de esa coincidencia en la opinión, lo cierto es que la política desde que el mundo es mundo, se ha servido del deporte en sus diferentes formas y maneras. El coliseo romano, los juegos moriscos de Aben Humeya en Purchena, las olimpiadas de Hitler, el Mundial de Argentina 78’ o el de Catar han sido colaboradoras de diferentes causas. Todos ellos son ejemplos exagerados pero reales, de la funcionalidad del deporte y sus eventuales patrones a los intereses políticos de cualquier época. Por eso la decisión gubernamental de otorgar la cautelarísima a Olmo y Pau Víctor, por ser inscriptos fuera de plazo, debemos verla como una prerrogativa política. Es lo que explica también por qué el otro coloso de nuestro fútbol, el Real Madrid, mantenga una sospechosa neutralidad. Ambos se necesitan, porque el negocio así lo exige y porque sus aficionados son la mitad del país y eso es mucha gente, dinero y votantes. Pero tampoco habría que dejar de lado la situación de un gobierno que necesita de acuerdos para aprobar leyes y presupuestos. El catalanismo tiene instrumentos que condicionan todas las decisiones. No planteo una teoría conspirativa, lo que expongo es un razonamiento que responda a interrogantes y que suceden todos los días. El Barça sí y otros no porque el gobierno abre esa ventana. Se retuerce la norma y eso pasa demasiado en un país donde ahora hasta los jueces se tendrán que andar con cuidado. Política y fútbol son primos hermanos, aunque no lo parezcan.

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