Panorama desolador

Terminó confirmándose la peor de las noticias para el fútbol almeriense y que tanto se veía venir a lo largo de la temporada con ese doble descenso de los dos representantes de la provincia en el grupo IX de Tercera RFEF. Algo que acabó certificándose este pasado fin de semana. Ni Poli Almería ni Poli El Ejido finalmente han sido capaces de evitar el fatídico descenso a División de Honor, abandonando la quinta categoría del fútbol español en un durísimo golpe para el balompié almeriense, que se encuentra en estado crítico pasando por el que quizás sea su momento más delicado. Quizás pueda parecer catastrofista, pero es la cruda realidad para un fútbol almeriense que cada vez cuenta con menos representantes en categoría nacional y que la próxima temporada su representación se verá reducida prácticamente a la mínima expresión con tan solo tres equipos repartidos entre las cinco primeras categorías de nuestro balompié. Además, con dos ellos pertenecientes al mismo club como es la UD Almería con su primer equipo, que aún pelea por lograr el ascenso a la máxima categoría aunque tenga que ser por la vía del play off, y su filial, que tras quedarse a las puertas de hacerse con un billete para el play off de ascenso a Primera RFEF militará un curso más en la cuarta categoría del fútbol español. Y ello con el Atlético Pulpileño, inmerso todavía en la lucha por hacerse con un billete para el play off de ascenso a Segunda RFEF, siendo el otro de los almerienses que continuará una temporada más en categoría nacional. Un panorama, por mucho que duela admitirlo, completamente desolador. Demasiado lejanos quedan aquellos tiempos en los que el fútbol almeriense contaba con una nutrida representación en las distintas categorías nacionales, no siendo pocos los equipos de la provincia que militaban en la antigua Tercera División. Algo que se antoja casi imposible en unos tiempos como los actuales con una notable falta de inversión o una cada vez menor implicación de las instituciones como factores a tener en cuenta, aunque por supuesto no como motivos único. La triste y cruda realidad de nuestro fútbol.