MÁS ALLÁ DEL PAISAJE

Crítica de arte

15 de diciembre 2024 - 03:14

Fruto de las estancias de Modhir Ahmed en la Residencia Internacional de Arte Contemporáneo K15, de MECA, en Órgiva, dirigida por Rosa Muñoz Bustamante y Fernando Barrionuevo, surgió un conjunto plástico en el que refleja las experiencias sensitivas que impregnaron los días pasados en ese lugar.

Modhir Ahmed es un artista intuitivo, de percepción profunda, y gracias a ello se introduce en el escenario del entorno natural, ahondando en el significado de la apariencia real, descifrando la arquitectura que la representa, traspasando el mundo de las formas para describir la esencia que el rastro de la luz produce.

Este artista muestra una obra que penetra intensamente en la mirada, gracias a la impronta rotunda del color, que aparece plasmado en su libertad superadora de las formas acotadas. El cromatismo sienta su influjo, integrando el recuerdo de la luminosidad reflejada en montes y vegetación, que con sus tonalidades modulan las claridades solares, vistiéndose de pesadas gamas que crean una atmósfera densa, estática, envolvente, que disuelve toda individualidad en su seno, para incorporala como ente vibrante, el cual capta los ecos de la vida que llena el ambiente, onda perenne que sienta su influjo en todo su derredor.

Modhir Ahmed comprende esta influencia, quiere expresarla en su obra, consiguiendo realizar su descripción, transformando el pulso sentido de la Naturaleza en ritmo cromático, cuán partitura musical que reproduce una melodía rota de armonía, disonante, salvaje, impetuosa, concisa, plasmando el alma del paisaje, repetido como una letanía latente, que recuerda incesantemente la eternidad del lugar, el carácter que atrapa y marca a sus habitantes, cuando estos comprenden la verdadera faz de su realidad, siendo solo posible de interpretar como signo de improntas arrítmicas, que traducen la presencia de los elementos paisajísticos, como si una sinfonía abstracta fuera.

Modhir Ahmed es un artista integral, que fundido en los campos que lo rodean los interpreta como conjunción de manchas engarzadas, reducto último de la huella luminosa del color, añadiendo en ellas el tono emocional del momento representado. Consigue de este modo la unión de la persona y su entorno natural.

El trabajo plástico de Modhir Ahmed es fresco, dinámico, sugestivo, directo, centrado en la inmediatez del detalle, en su concreción visual, logrando introducir al espectador en el mundo mágico que la Alpujarra encierra, siempre presente, en su perennidad, en la historia del tiempo.

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