Orden y progreso

Defender, recuperar el balón, crear y definir. Estos son los cuatro principios básicos del fútbol y el engaño, el tiempo y el espacio son sus derivadas. Aquel equipo que más se ajusta a estas cuatro verdades es el que más cerca está de ganar, aunque bien es sabido que alrededor del fútbol pululan una serie de variables que no se pueden ni manejar ni trabajar. Luego está la fuerte carga de ilógica de este deporte, que encuentra en lo imprevisible una de sus grandezas. La Unión Deportiva Almería demostró frente al Burgos que es capaz de declinar estos verbos, que no le son ajenos. El equipo está preparado para jugar de otra forma. El técnico y la afición, y los propios jugadores, ya saben y sabemos que son capaces de practicar otro fútbol, y de apretar los dientes hasta hacer saltar el esmalte. Cambió el smoking por el buzo, el traje por la chaqueta metálica, lo bonito y vistoso por lo útil y práctico, el toque por la entrega, y los cuentakilómetros de Loppy-Baba superaron los 12 kilómetros en los dos casos. Todos se pusieron de acuerdo. El portero paró; la defensa defendió; el centro del campo cortó y creó y Luis Suárez anotó. La incógnita está en saber cuánto tiempo le durará este hechizo al equipo o si volverá a su versión mediocre. Oviedo y Zaragoza, seguidos a domicilio, desvelarán la respuesta. La otra pasa por el estilo. Músculo y belleza es mucha extrañeza en Segunda. El talante es obligatorio y está bien, pero se queda corto. La UDA tiene calidad y trabajo. Lo primero era sabido. Lo segundo ha vuelto. Sería deseable que no se fuera.