Nuestro nudo gordiano

En la antigua región de Frigia, actual Anatolia en Turquía, vivió un agricultor llamado Gordio. Sus únicas pertenencias eran un carro y sus bueyes. Los frigios decidieron que necesitaban un rey. Para elegirlo consultaron al oráculo, que les respondió que debían elegir al primer hombre que vieran subido en un carro. Ese hombre fue Gordio. Proclamado rey de Frigia, fundó la ciudad que lleva su nombre y que fue la capital de los frigios. Actualmente recibe el nombre de Yassihüyük (provincia de Ankara) y es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Turquía. Gordio ofreció al templo de Zeus su carro, al que ató una lanza y el yugo con un nudo cuyos cabos estaban escondidos en el interior, como agradecimiento. Cuenta la leyenda que el nudo era tan complicado que nadie lo podía desatar, además de prometer el imperio universal a quien lo lograra. También nos dice que cuanto Alejandro Magno conquistó Frigia lo deshizo cortando el nudo con su espada. La expresión “nudo gordiano” permanece en el imaginario colectivo de la cultura occidental, como referencia a una dificultad casi imposible de resolver. Un obstáculo complicado de salvar. La razón y la coherencia nos enseñan que para buscar las soluciones necesarias, primero hay que ser conscientes de los problemas que se enfrentan. Vivimos una época de involución ética y moral y de regresión histórica. Este es el tronco grueso de la situación. Busquemos las ramas de desglose. El pasado viernes, 14 de junio, Pedro de Tena publicó en Libertad Digital la tribuna titulada ‘El limbo europeo a las puertas de un infierno’. Queridos lectores, los animo con entusiasmo a que la lean. Es una pieza magistral del género periodístico. Comienza su autor con esta reflexión: “Que a uno de cada dos europeos le importe una higa quién gobierne y para qué y cómo, da una idea primera de la emergencia civil en la que vivimos en la Unión Europea”. He compartido en mis redes sociales la tribuna completa. No es sólo un análisis profundo y bien argumentado. Es una invitación desde el compromiso ético e intelectual de Pedro de Tena al pensamiento crítico. Al ejercicio responsable de la libertad. Conocer de dónde venimos. “En el tablero de las relaciones mundiales, hay quien tiene claro que quiere ser de mayor y cuál es su estrategia para conseguirlo y otros que, si alguna vez tuvieron algo claro, ya no lo tienen”.