Jorge Colipe

Que no pare la pelotita

21 de octubre 2024 - 03:08

La sobrecarga de partidos que los equipos deben disputar según lo previsto por la UEFA ha llevado a varios jugadores a advertir acerca de una posible huelga general de estos deportistas, acuciados por la carga de encuentros a los que deben hacer frente. Figuras conocidas como Rodri, Koundé, De Bruyne o Carvajal, han alzado la voz contra la patronal del fútbol, que inventa torneos y campeonatos con un gran objetivo económico al final del camino. Si no fuera por los millones que mueve el fútbol y el tren de vida que llevan estos jugadores, la explotación del hombre por el hombre según la teoría económica del capitalismo propuesta por Carlos Marx, tendría sentido en estos tiempos a través de uno de los deportes que representa una gran parte del producto interior bruto de los países occidentales. Rodri se quejó y como si hubiera sido una premonición, a los pocos días se rompió el ligamento cruzado, lo que lo mantendrá inactivo entre siete y nueve meses. Un gran problema para el Mánchester City que también perdió a uno de sus delanteros estrella, Kevin de Bruyne, quien cayó lesionado en la primera jornada de Champions, enfrentando al Inter de Milán. Dani Carvajal, del Real Madrid, en el mes de agosto hizo un llamamiento para que se aliviane la carga de partidos. Es imposible rendir en 72 encuentros dijo el madridista que luego cayó lesionado jugando frente al Villareal. El parte médico asegura rotura de ligamento y tendón, lo que es equivalente a estar entre ocho y diez meses trabajando en su recuperación para poder volver a pisar el césped. Otros tantos jugadores no contarán para sus entrenadores, debido a la plaga de bajas que afecta a la competición en las grandes ligas y eso debería llamar a la reflexión. El presidente de UEFA, Aleksander Ceferín, dijo hace pocos días que se quejan los que más ganan. Esa es una media verdad. Yo diría que se quejan aquellos que mayor visibilidad le dan al problema. Como lo hacía Maradona con su sindicato de futbolistas. No se quejaba para mejorar la situación propia, lo hacía en beneficio del colectivo. Antes y ahora, lo importante es que la pelotita no pare. Todo lo demás, tiene arreglo.

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