Visto y Oído
Sonia
Cartas Británicas
Cuando Arribas vio la segunda amarilla, que VAR mediante se convirtió en roja directa, a la media hora de partido, justo después de su asistencia a Suárez que había adelantado a los rojiblancos ante el Burgos, muchos nos temimos lo peor. Y eso que, hasta ese momento clave, habíamos disfrutado de los mejores minutos del Almería en mucho tiempo, con un equipo solidario, defendiendo muy junto en defensa y desplegando todo su potencial ofensivo, al tiempo que demostraba una actitud y una intensidad que parecían olvidadas, como un lejano recuerdo. Rubi había dejado entrever cambios en el once, donde apostó por un doble pivote formado por Lopy y Baba, con Langa por fin en el costado izquierdo y Baptistao formando dupla con Suárez. Melamed y Arribas quedaban por detrás de estos y esta vez se vio una mayor implicación defensiva que vino a resultar en la expulsión del mediapunta. Sin embargo, para sorpresa de todos, el equipo, no solo no se vino abajo, como nos tenía acostumbrados, sino que mantuvo la compostura ante un Burgos siempre peligroso en sus salidas. De hecho, tuvo más oportunidades de gol, también el conjunto visitante, y no le perdió la cara al partido. Llegar al descanso con la ventaja parecía irreal, pero todos sospechábamos que el empate burgalés, e incluso la remontada, iban a llegar. Era imposible, con nuestros antecedentes, como buena UD Desgracias que somos, que hubiera final feliz. Pero lo hubo. Y encima con una reconciliación que necesitábamos y no sabíamos. Alejandro Pozo, recordando a aquel jugador que fue clave en el ascenso a Primera, recogió un pase de Lopy, se lanzó directo al área rival y acabó anotando el gol de la tranquilidad, en el 89’, para regocijo de la parroquia local. Todo salió a pedir de boca. Maximiano tuvo manos salvadoras, Radovanovic y Chumi estuvieron muy seguros, pero, sobre todo, el Almería, esta vez sí, fue un equipo, incluso en inferioridad, poniendo la actitud e intensidad que la afición necesitaba para tirar del carro. Ahora solo falta que esto no sea flor de un día…
También te puede interesar