Salva R. Moya

Los negros que abrieron la puerta a Yamal y Williams

18 de julio 2024 - 03:09

Lamile Yamal y Nico Williams son la pareja de moda. Por su fútbol atraviesan como cuchillo en mantequilla las defensas rivales y por su origen africano atraviesan una historia familiar de superación. Son ejemplo de multiculturalidad e integración social. Un espejo para los niños que sueñan con triunfar con el balón, con independencia de su procedencia o color de piel. En España llegó más tarde el fenómeno de la inmigración que en Inglaterra o Francia y el fútbol es un reflejo de la sociedad. El primer internacional negro de la selección inglesa fue Viv Anderson, el lateral derecho del Nottingham Forest debutó ante Checoslovaquia en 1978. Un año antes lo hacía Laurie Cunningham con la sub 21 con gol incluido ante Escocia. La proliferación de futbolistas negros llegó antes a Inglaterra o Francia que a nuestro país y si repasamos una alineación tipo de aquellas selecciones campeonas de Europa y del mundo veremos incluso más jugadores de raza negra que blanca. Tuvieron que pasar dieciséis años del debut de Anderson con Inglaterra para que Donato se convierta en el primer internacional de raza negra con la selección española en 1994. El hispano-brasileño debutó en el triunfo ante Dinamarca por tres a cero y marcó. El pionero de raza negra recibió un trato exquisito por parte de sus compañeros y de la afición “Ni en Brasil me iban a tratar de esta manera, toda la gente de Sevilla coreando mi nombre, se me pone la carne de gallina recordándolo, fue una experiencia inolvidable”. El primero fue Donato con Clemente, cuatro años más tarde lo hizo Vicente Engonga a las órdenes de Camacho, convirtiéndose en el primer negro, además nacido en territorio español (1988). Más tarde le llegaría el turno a Catanha en 2000 y Marcos Senna en 2006, el centrocampista del Villarreal se proclamó campeón de Europa siendo protagonista en el combinado de Luis Aragonés. Son los primeros negros que aparecieron con cuentagotas en La Roja: brasileños nacionalizados que debutaron con España, su país de adopción. Si atendemos sólo al país de nacimiento y no al color de piel, encontramos a lo largo de la historia una colección de internacionales españoles nacidos en otro país: los argentinos Arbide, Errazquin y Sagibarba en los años 20; los cubanos Jesús Alonso y Arencibia en los 40; los argentinos Rial y D Stéfano, el húngaro Kubala, el uruguayo Santamaría y los paraguayos Heriberto Herrera y Eulogio Martínez en los 50; el argentino Gárate, el húngaro Puskas y el paraguayo Jara en los 60; los argentinos Touriño, Roberto Martínez, Valdez, Rubén Cano y Heredia en los 70; José Luis, Ramos y López Ufarte nacieron en Marruecos, el brasileño Becerra y el mauritano Gerardo en los 80; el argentino Pizzi, el italiano Pier, el danés Christiansen y el francés Armando en los 90; y ya en el siglo XXI el suizo Luis Cembranos, el alemán Curro Torres, los brasileños Rodrigo y Diego Costa o el argentino Pernía hasta los actuales Laporte y Le Normand que nacieron en el país vecino. Los flamantes campeones de Europa, Nico Williams y Lamine Yamal, han nacido y crecido en España y pertenecen a esa nueva generación de hijos de padres inmigrantes. Es una gran noticia que surjan figuras como ellas de otra raza y que esta estampa sea cada vez más usual y se vea con total naturalidad. Con su presencia en la selección metemos un gol a los rancios con prejuicios para que los racistas y xenófobos que se acuerdan del color de piel de Williams o dónde nació Le Normand se sientan marginados, por mucho ruido que intenten hacer en las redes, porque ellos son la minoría. En la selección de Luis de la Fuente no hay ni negros ni blancos, el único color que hay es el rojo de la camiseta que reluce entre todos los españoles.

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