Menudo grupo

Jamás podrán tener los jugadores del Almería queja de la afición, que está a años luz de un equipo que no ha estado a la altura de una grada que ha respondido como nunca, a pesar del descenso y del desastre de temporada que le regaló esta misma plantilla la temporada pasada, donde prácticamente se fue arrastrando por los campos de fútbol, tragándose cinco entrenadores. En esa famosa “silla” con cuatro patas de Emery, una de esas patas no va, ni se le espera. Y no es de extrañar. Son los mismos mimbres para el mismo cesto, completamente podrido y que no se ha tirado al contenedor. A pesar de la confianza a ciegas que mostró en su comparecencia El Assy, nadie cree en ellos, a pesar del ímpetu que le pone Rubi y su grupo de colaboradores. Que el vestuario era una “bomba” la temporada pasada era de sospechar, a pesar de que desde se hablaba de “unidad” y “compañerismo”. A más de uno debió crecerle la nariz. Rubi lo desveló en la rueda de prensa cuando dijo que a su llegada se encontró un “grupo ultra divido”. ¿Sorprende a alguien? Pues no. Solo hay que recordar el día en el que el equipo matemáticamente pierde la categoría y salvo dos jugadores que dieron la vuelta al campo para recibir todo el enfado de la afición, al resto les faltó tiempo para irse a la ducha. Pero … ¡es que son los mismos! Los mismos que ni se hablaban. Los mismos que hicieron la peor temporada de la historia de este club, los mismos que dejaron en muy mal lugar al CEO, a pesar de que El Assy los sigue defendiendo. Pero la afición no olvida. Es muy difícil hacerlo porque lo pasó muy mal y la gran mayoría pensaba que habría “borrón y cuenta nueva”, cosa que hubiera hecho mucha gente. Pero la economía no ha dado para eso. Una victoria en lo que llevamos de curso, siendo candidatos al ascenso directo, suena a coña, cuando en 16 meses solo ha sido capaz de ganar un partido en casa. ¡Qué tiempos aquellos donde se hablaba del “fortín”. ¿Se acuerdan? Esta plantilla se ha encargado de derrumbarlo.