Manolo el del bombo

Desde hace pocos años, digamos que en mi cabeza es desde la pandemia hasta ahora, las competiciones donde participa la selección española no cuentan con la animación del principal actor de reparto, Manuel Cáceres Artesero, más conocido para los que ya tenemos una edad, como Manolo el del Bombo. A lo mejor desde el mundial de Rusia, cuando no lo dejaban entrar con su aparatoso instrumento a los estadios donde jugaba la Roja, competición donde también extravió su ruidoso bombo durante horas, me da la impresión que la luz de Manolo se fue apagando. Los años pasan para todo el mundo, la tecnología nos arrolló y la realidad hizo el resto. Los más jóvenes ni siquiera conocen al que ha sido el hincha número uno de España, o simplemente “El Hincha”, aquel que recibiera de manos del Rey Juan Carlos una placa donde se le destacaba y agradecía su perseverancia en nombre de toda la afición española. Porque hay que decir que Manolo alentó siempre, pero sobre todo en aquellos tiempos donde el fracaso era el resultado más repetido. Lo conocí en su bar frente a Mestalla, al que volví alguna que otra vez. Me contó que no entraba al estadio por sus diferencias con la directiva valencianista, pero que eso no influía en modo alguno con su apoyo incondicional a la selección. Se trataba en esa oportunidad de un encuentro ante Noruega. Es ahora, cuando mirando los partidos de España en la Eurocopa que se disputa en Alemania, donde empecé a notar que en las gradas me faltaba algo. Entonces descubrí que era esa enorme figura enfundada en la camiseta nacional, que golpeaba el bombo con su tradicional grito de aliento que no era más que “Es-pa-ña” y tres golpes: tan, tan tan. Así de pintoresco y sin miedo al papelón, Manolo se forjó una fama que le trajo hasta patrocinadores para que pudiera costearse sus envidiados viajes allí por donde la selección jugaba y en cuanto campeonato disputaba. Lo retratamos hace años en la contraportada de deportes de este mismo diario en la previa de un Valencia-Barcelona, con Eto’o, Henry y compañía. En nuestro recuerdo vive el bombo mayor de España.