Mandamientos y Pecados Capitales

Hay muchas formas de perder, tantas como hay de ganar. La UDA eligió una muy fea, casi chusca, para firmar su primera derrota del curso como local. Los de Rubi desaparecieron del campo con el 0-2. Se tiraron del partido a falta de media hora. Abdicaron y perdieron el orden cuando el choque no estaba resuelto ni mucho menos. El equipo dejó de serlo y cedió tres goles en 12 minutos. Fue de chiste y vergüenza. De risa y llanto, puro despropósito. El encuentro fue un taller de manualidades. El Castellón le dio por el pintacaras y a la UDA apostó por el dibujo abstracto y el garabato. El fútbol es libre y no está escrito cómo se ha de jugar. El Castellón arriesga y le salió de fábula, pero con la ayuda inestimable de los locales. Marcó cinco de nueve remates y los rojiblancos fallaron más que una escopeta de feria, con dos aciertos de 16 intentos. Los castellonenses viven el fútbol de una forma muy personal, la de su técnico. Apuestan por atacar, por divertirse y divertir, por el placer de jugar olvidando el deber. Defienden con poca gente mientras que la UDA no defiende, directamente. Falta tensión y concentración. Andando, sin meter la pierna y sin pelear los balones divididos, no se va a ningún lado. En Segunda, el presupuesto es solo un supuesto, un número, que no presupone nada. A nadie se le puede mirar por encima del hombro, por ser un recién ascendido o por tener jugadores desconocidos. La División de Plata tiene sus mandamientos. Hay que respetarlos y no ignorarlos. Las derrotas empiezan con la soberbia.