Malola, en la plenitud de vida

Pasión literaria

03 de agosto 2024 - 03:09

Malola es el tránsito del llanto que no nace de la lágrima por miedo a su fugaz presencia: nace del alma hasta la página para que nada quede solo ante el recuerdo. Un bellísimo adagio que nos presenta el poeta Domingo Nicolás con este libro poético, una obra literaria cantada entre ayes de saetas y marchas fúnebres en la búsqueda de la Verdad, de la auténtica y única Verdad.

Domingo Nicolás nacido de las entrañas del arte, bañada su niñez en las íntimas caricias de la armonía, hubo una sombra que rompió la intimidad del alma, de las gentes que sufren porque aman, y que a través de Malola fue regado con lágrimas, abonado con suspiros, cuidado con sonrisas, soñado con esperanza.

Malola es un camino hacia la luz, que brota de las sombras que horizonte quiere hacerse injustamente presente, en el misterio de la permanente entrega de un ángel, prenda de la hermosura precisa, bella, hasta alcanzar de nuevo el camino, que por la renuncia forzada y cruel encontrará la luz de la alegría en un mañana mejor.

Es la vivencia más fuerte que puede vivir un padre ante la separación quebrada del cordón umbilical de la filiación humana y divina, y que al calor de la palabra querida, abrigará su desnudez, y será juicio que permita a las gentes explicarse y desentrañar su intimidad clavada en las raíces del verbo, que recordará con la firmeza de sus creencias en su andadura y cuidados de la vida en un cántico nacido de la sensibilidad y la fe, cargado de sueños existenciales.

El poeta Domingo Nicolás a través de Malola, editada por el Instituto de Estudios Almerienses de la Diputación Provincial de Almería, es una sucesión de palabras salidas del corazón, del alma y la trascendencia, que se agolpan en los sentires de la conciencia, han hecho posible que el silencio forme parte del compás de esa sinfonía de melancolía y deseo por lo incognoscible del universo.

Un momento de dura inquietud, sin pisadas, de negros ruanes, hachones de tinieblas y delicado resplandor, que al unísono se encuentran las mismas coplas de seises blancos y celestes consolándote con amor en tus ojos anhelantes.

La obra poética de Malola llega a nosotros al compás del dolor alegre que crea la vida, es un momento literario de Domingo Nicolás para que las miradas se busquen, las manos se estrechen, los hombros se unan, y el mensaje esperado anime nuestro sentir en la búsqueda de ilusiones que quedaron a la espera, seguras de su retorno.

En silencio y con el llanto acumulado, Domingo escribe estos versos con esa fulminante sinceridad desde el dolor. Y lo hace, elaborando y transformando la realidad, elevando a sagrado lo cotidiano del recuerdo, es decir, creando un eje de vida y obra: MALOLA, alrededor del cual se prolonga el vitalismo familiar y poético.

El autor se rebela con ternura, con amor, con la memoria herida, de la manera más sencilla posible, más humana y a veces, desde una suave ira dominada. Domingo Nicolás incorpora un lenguaje intermedio entre el verso libre y la prosa poética.

Hay un ritmo caudalosamente marcado, que lo diferencia de Juan Ramón o de Tagore; y el sentimiento, aún con ese velo delicadísimo de amanecer, está matizado y dominado por una clarísima actitud intelectual, que es un rasgo común a toda la poesía de Domingo Nicolás. Es pues, un verso prosa.

Domingo Nicolás echó a un cesto de esparto la memoria honda. Eleva un musgo verde y cárdeno, lo esencial de esta historia, MALOLA, y el tiempo chorreando por las mallas del cesto.

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