La Liga de uno

Almería/La temporada de liga que se inicia dentro de un par de semanas contiene un riesgo que puede llegar a repercutir negativamente en la competición y el atractivo que esta suponga de cara a la gradería planetaria. El Real Madrid ha conformado una plantilla de esas que se salen de la galaxia y su principal competidor, el Barcelona, tiene serias dificultades financieras, por todos conocidas, que le hacen muy dificultosa la llegada de jugadores top al club. La posibilidad cierta que sea una liga de uno solo está ahí. Podría esperarse que el Real Madrid se deje pocos puntos en todo el campeonato y se consagre campeón varias fechas antes. Seguir la estela de este súper equipo es la obligación del Barça cuyo técnico deberá ingeniárselas con los mimbres que tiene, jugadores provenientes de la cantera y si eso, a lo mejor Nico Williams. Pero la liga se basará en saber cuándo sucederá lo mencionado y los demás jugarán otro campeonato. El interrogante es saber si a la gente le resultará llamativo seguir una liga que se convierta en aburrida, monótona; en un paseo militar de los blancos por los campos de España. Todo apunta a que se podría dar esta circunstancia y otras ligas que ya se nos han adelantado, sigan gozando del beneplácito del público. La Premier, siempre competitiva, ofrece mayor tensión, espectáculo e igualdad en la puja, se trate de quien se trate. Apetece más ver un encuentro entre cualquiera de los Mánchester contra el West Ham, por poner un ejemplo, que un Real Madrid-Valladolid donde, salvo una catástrofe, sucederá lo esperado. Es como saber el final de una película. Por eso la gente odia que le hagas spoiler, porque si conoce el desenlace, lo demás es leche fresca. La liga española está en ello, donde solo cabe esperar cuándo pasará. Pero si el Madrid es campeón a mediados de la segunda rueda, el tostón va a ser insoportable. Vale, los demás jugarán por entrar en Europa, por no descender o por la copa de cartón, pero la dictadura se asoma. Todo esto se traduce en dinero que nadie va a poner para algo que se conoce el final. Por el bien del fútbol, habrá que echarle una pensada y ponerse manos a la obra.