La liga no ha terminado

Espero y creo que todos esperamos que la victoria ante el Burgos no nos haga volvernos nostálgicos y nos subamos a una nube, como ya ocurriera hace dos temporadas, cuando se la ganó al Barcelona o la temporada pasada, cuando el equipo estuvo a punto de hacer la machada en el Bernabéu ante el Real Madrid. Estuvimos hablando de esos partidos horas y horas y parecía que se había acabado el mundo. Siempre haciendo referencia a esos duelos que, al final, en vez de beneficiar al equipo ocurrió todo lo contrario, lo perjudicaron, y mucho. Esta semana ha sido tranquila. No es para menos. El equipo por fin ha vuelto a ganar ante su público, jugando bien, gustándose y gustando a una afición que ya se merecía un regalo así. Solo había que fijarse en la cara de satisfacción de los aficionados. Y es que, por fin, después de mucho tiempo, todos se sentían orgullosos de su equipo, que sí que compitió, que dio la cara y que se comportó como se esperaba, lejos, muy lejos, de ser ese conjunto temeroso e incapaz de dar dos pases seguidos. Ahora bien. La liga no ha terminado. Bien se encargó Rubi de recordarlo, al pedir continuidad, porque de poco puede servir si el domingo no se puntúa. A este Almería se le exige, por lo que ha costado esta plantilla, eso y mucho más. La realidad en estos momentos es muy dura. Impensable hace un par de meses, pero es la que es porque el equipo no ha sabido competir como se esperaba. El “infierno” está a menos de un partido y nadie quiere verse dentro de la caldera. Mirar al cielo, en estos momentos, es utópico y hasta que, como dijo Rubi, no tenga continuidad en cuanto a resultados, tiene que tratar de alejarse lo antes posible de donde se encuentra, ya que un tropiezo volverá a generar las mismas dudas que tenía esta plantilla. Tiempo al tiempo. Ojalá, como ya se dijo, este haya sido ese ‘punto de inflexión’ que tanto se encargaron de airear desde el vestuario -el cuarto desde que empezó la temporada- y el equipo empiece a ser lo que todos esperamos.