Pantaleón Mecías Escámez

Lidiar con el éxito

Líneas torcidas

12 de enero 2025 - 03:10

Resulta evidente pensar que el Almería ya ha conseguido romper la barrera de expectativas que el aficionado medio podía tener ya no solo en octubre, cuando cayó en las garras del descenso, sino en agosto, cuando ya vislumbraba cómo iba a tener que hacer de tripas corazón con una plantilla que había avergonzado a toda una provincia y que provocaba la sensación de que podía sufrir en la Liga de Fútbol Profesional, a tenor de los pantagruélicos bochornos que hubo que soportar el pasado curso. No obstante, lo peor ya parece haber pasado. La estabilidad, ese gran objetivo, ha dejado de ser una quimera. Pero ¿ahora qué? Si me preguntas a mí, doctorado en traumas, la respuesta es clara: Seguir trabajando; quedan veinte jornadas y la UDA, que aún no ha conseguido nada, aún tiene que sobrevivir a la primera cuesta de 2025. Después de haber superado las pantallas más complicadas del juego, se abre un nuevo objetivo, que no es otro que evitar caer en la desinhibición, ese estado hedonista provocado por la embriaguez a base de éxito. Aunque suene a correoso topicazo, el fútbol no espera y la sensación es que, si hay un momento en el que la UDA puede dar un estacazo clasificatorio, con un Racing a años luz de su mejor versión, un Granada inmerso en el caso Uzuni o un Oviedo donde la figura del entrenador es discutida, es ahora. Como todas las decisiones que han llevado al Almería a ser, de nuevo, un equipo temido, Rubi tendrá que estampar su firma debajo de este nuevo reto. Mantener viva la llama de la ambición y no dejar de recordar al jugador la inmensa dificultad que supone conseguir un ascenso a Primera. Puede generar contrariedad tener esta inquietud en un momento donde los niveles de confianza crecen desbocados y la UDA, a buen seguro, se autopercibe imbatible, pero lidiar con el éxito es una asignatura cuya evaluación, por lo poco que se estila en este club, aún sigue pendiente.

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