¿Se le apagó la luz?

El domingo pasado fue pitado en La Rosaleda cuando Rubi decidió sacarlo del campo y la grada rojiblanca, que en gran número se dio cita en el estadio del Málaga, volvió a dejar claro su descontento con el único fichaje que esta temporada hizo el club y que debería de ser ese jugador que marcara diferencias. Parece que lo está haciendo, pero a peor. Y no será por minutos y oportunidades que le da el técnico. Da la sensación de que a este muchacho se le ha apagado la luz. Es cierto que, en el arranque de la temporada y cuando el equipo era un auténtico desastre, fue un jugador diferente y que nadie se explicaba el porqué había preferido jugar en Segunda a hacerlo en Primera con un Espanyol recién llegado a la categoría. Pero con el paso de las jornadas y a vez que el calendario iba avanzando y el equipo mejorando, Melamed es fue apagando y siendo menos importante en el juego del equipo. Apenas para lanzar córner o faltas, pero el equipo necesita a un jugador que trabaje. Coincidiendo con la espectacular racha positiva de los rojiblancos, ha ido desapareciendo del juego del equipo hasta el punto de que apenas participa y ha visto ya en más de una ocasión como no solo ha sido cambiado al descanso, sino que ha llegado a ocupar titularidad en el banquillo. Es cierto que partía con una clara ventaja, de la que ya habló en su día Rubi, priorizando la llegada de un atacante de banda izquierda, una decisión cada vez se antoja más necesaria. O llega alguien –mejorar lo que ahora hay no es nada difícil– o apostar por jugadores emergentes de las bases del club que a buen seguro ganas no les van a faltar. Melamed está viendo como hay jugadores que le están pasando a una velocidad de vértigo, y da la sensación de que con él no va la cosas. Prueba de ello, insisto, el otro día en Málaga, donde la pitada fue sonada contra un jugador que nos hace recordar a los Lazo o Embarba, de los que cada jornada se esperaba algo más y acabaron desquiciando a una afición cansada de ellos.