Un Kinder sorpresa

La UDA es el equipo de los ‘Luises’. Tiene dos, Maximiano y Suárez. El primero es el portero más goleado de Segunda con 18 tantos, dos por partido de media. La cotización del portugués es de 4 millones, según el portal Transfermarkt, y tiene únicamente por delante a Sergio Arribas. La de Suárez, ahora Luis Javier, es de 3’5 millones. El colombiano ha firmado cinco dianas y está situado en el tercer lugar en la tabla de goleadores de la categoría sólo por detrás de Andrés Martín (Racing) y Soberón (Zaragoza), contra el que se enfrentará en La Romareda dentro de cinco días. La del domingo (18:30 horas) será la sexta salida en diez jornadas de los rojiblancos, un dato que en ocasiones se olvida. Los casos del guardameta y el delantero, coincidentes en el nombre, ilustran como nadie la doble realidad del equipo. Es la cara y cruz, la cal y arena o el yin y yang de un equipo muy disperso y poco fiable, capaz de lo bueno y peor dentro del mismo partido, que ha sido capaz de neutralizar dos goles en contra en cuatro partidos. Una especie de Kinder sorpresa, capaz de igualar con 10 y gozar de una opción de empate con 9. Los de Rubi han visto goles de todas las facturas; de cabeza en saque de esquina, en contraataque o en jugada combinada. Y la nómina de horrores la completó en la última jornada, en el Carlos Tartiere de Oviedo, de tacón. El no va más, la antología del disparate. Se hace difícil creer en estas circunstancias, pero la división de plata es una noria donde da tiempo a todo: llorar y reír; clamar y reclamar; alegría y depresión; euforia y desesperación. Incluso, se puede estar en zona de descenso y acabar el sexto, jugar la fase de promoción de ascenso y ascender. No estoy loco. Loca es la categoría, toda una máquina de emociones encontradas que hay que gestionar.