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Jesús Navas recibió este pasado sábado un homenaje a la altura de su figura. Digo figura y no legado porque para los de Nervión, Navas marcará un antes y un después en la historia del club. Su foto debería estar pegada en cada vestuario sevillista, para que básicamente su imagen sirva de inspiración a los canteranos. Jesús Navas es de la escuela de Puerta y Reyes, como él mismo se encargó de recordar a todo el barrio de Nervión el día de su adiós. Como no podía ser de otra manera, la hinchada lo despidió cantando a capela el himno del Arrebato ante las lágrimas del bueno de Jesús, sus pequeños que hicieron el saque de honor y la familia en las gradas. Con 39 años, Navas es mayor para jugar al fútbol de élite arrastrando una lesión de cadera de esas que en determinados días no le permite ni caminar y muy joven para jubilarse. El Duende de Los Palacios dejará de cabalgar por la banda derecha del Sánchez Pizjuán. Primero como delantero, -como wing derecho diría mi padre-. Luego se reconvirtió en marcador de punta, alargando la banda como si fuera una autopista por la que iba y venía, llevado por el impulso y el instinto de subir y bajar. Con la despedida del lateral derecho, se va el último jugador en activo que ganó el mundial de Sudáfrica en 2010, el máximo logro conseguido por la selección nacional. Formó parte de los equipos que consiguieron dos eurocopas y una liga de las naciones. Protagonista de las máximas hazañas del Sevilla y el jugador que más veces defendió la elástica del club. Galardonado con el Real Orden del Mérito Deportivo, la ciudad deportiva del Sevilla también lleva su nombre. Sevillista hasta la médula, su paso por el Mánchester City solo fue una mala anécdota de aquel chico que extrañaba estar en casa hasta que se concretó su regreso y de donde nunca más salió. Si el sevillismo presume de tener un equipo que nunca se rinde, la bandera del club debería llevar la cara de Jesús Navas. Ejemplo dentro y fuera de la cancha, como destacó el técnico García Pimienta, el hijo pródigo predica con sus actos, eso que tanto se necesita cuando las palabras sobran. Se va Jesús Navas. El fútbol entero le va a echar de menos.
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