Visto y Oído
Sonia
La
Estos días hemos tenido un ejemplo de las posibles consecuencias de una excesiva concentración de la cartera en algunos de esos factores. El resultado de las elecciones europeas con el ascenso de formaciones poco partidarias de la integración europea, junto a la convocatoria de elecciones en Francia han provocado un aumento de las primas de riesgo en Europa que se ha traducido en caídas significativas de las bolsas europeas, frente a la estabilidad o avances en otros mercados como EEUU o Asia. A su vez, compañías de sectores específicos como el financiero o el de infraestructuras han registrado caídas de en torno a un 15% por el temor a medidas concretas que puedan afectarles.
En este contexto, una cartera excesivamente concentrada en Europa o en el sector financiero habría sufrido una fuerte corrección que podría llegar a afectar su rentabilidad a medio plazo. Por el contrario, una cartera diversificada que incluyera exposición a EEUU y a sectores diversos apenas se habría visto afectada por las recientes turbulencias. Un riesgo añadido es que, en un contexto como este, el inversor puede tomar decisiones precipitadas asumiendo pérdidas que podrían haberse recuperado con el tiempo, convirtiéndolas en permanentes.
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