Igual que en 2024

Apesar del cambio de año, de los reconocimientos individuales y de la nueva situación en la liga, Vinicius sigue a lo suyo, algo que está hartando inclusive a gran parte de la afición del Real Madrid. El brasileño llegó a Valencia en medio de pitos y cánticos contra su persona, como si hubieran deudas pendientes por todos conocidas. Hasta ahí, casi una situación de normalidad en los campos de fútbol, lo que no quiere decir que esté bien, que no se condenen y se traten de erradicar. “Vinicius balón de playa”, puede ser la respuesta de la hinchada -no solo lo cantan los valencianistas-, a una actitud de soberbia que es lo que desprende el atacante blanco con sus gestos permanentes. El cántico está basado en el fallido reconocimiento de algo que nunca llegó a suceder, ya que, como todos sabemos, el Balón de Oro fue para Rodri, se ponga como se ponga Cristiano Ronaldo. Las votaciones son como son y a veces se vota a uno y otras, a otro y esas reglas del juego hay que aceptarlas. Rodri es campeón de casi todo con su club y con la selección, además por supuesto de un gran jugador. Y yo y mi parte española nos alegramos porque también es un reconocimiento a nuestro fútbol. Pero a lo que vamos, dentro del campo de juego, el número siete del Real Madrid se asemeja a un niñato malcriado que no deja de protestar, cuando tiene razón y cuando no la tiene y eso a estas alturas es una marca de identidad que no le hace bien a nadie; ni al espectáculo, ni al juego, ni a su equipo y por supuesto a él mismo, que acabó en la calle por roja directa después de responder de manera infantil a una provocación del portero valencianista, cuando el balón no estaba en juego. La actitud del brasileño, quien enfundado en la bandera del racismo intenta justificar su comportamiento, daña claramente su imagen y la del club, que en sintonía con su jugador franquicia se alinea en el reclamo de lo que interpretan como una persecución. Pero no. Miren los partidos de Brasil y del Madrid, y Vinicius va a lo suyo, que además lo distrae de lo realmente importante, que es el juego. El sábado lo salvaron sus compañeros que dieron la vuelta al partido con uno menos, pero él continúa siendo el del 2024.