Historia e histeria

Es una constante que se repite en cada previa. Lo de que “la UD Almería tiene la mejor plantilla y es el primer candidato al ascenso” es una especie de mantra. No hay entrenador que sea capaz de saltarse este mensaje antes de medirse a los rojiblancos. La intención es clara. Si son capaces de ganar, su triunfo tendrá un mayor mérito. Y si el resultado les es adverso, el tropiezo será algo menor al tratarse de uno de los ‘grandes’ de la categoría. Me temo que Miguel Ángel Ramírez no se sumará a esta lista. Admitir en público la superioridad del Almería no entra en el guión de un club con 58 temporadas en Primera, 6 Copas del Rey, una Recopa y Supercopa. Pero el fútbol no vive del pasado. La historia hay que renovarla o mejorarla cada temporada y el Real Zaragoza y el técnico canario llegan al borde del abismo. Los 7 puntos de 27 posibles conseguidos bajo su dirección han convertido su continuidad en una “irresponsabilidad”, según el zaragocismo. Las 12 temporadas seguidas de los maños en Segunda pesan mucho y se nota entre su hinchada y medios de comunicación, muy críticos con la gestión del club. Las cosas no son mejores en la UDA, con ocho partidos sin ganar que han encendido las alarmas. Pero entre los dos equipos media una gran diferencia. Los rojiblancos buscan la historia y volver a Primera, y sería una inmensa decepción quedarse fuera de los seis primeros. La pelea de los maños, inmersos en la histeria, es por no bajar y su descenso sería un fracaso deportivo de consecuencias incalculables. La situación de Rubi no es la de Ramírez. El catalán tiene dos años más de contrato y su elevada ficha -tres kilos por año- hace imposible su cese. Pero el de este sábado será un partido de muchas urgencias, con dos equipos en crisis de resultados.