Es lo que hay

Hace unas semanas comenté en este espacio que no podíamos hablar de punto de inflexión dadas las dificultades que tiene esta camada de jugadores para alcanzar una dinámica ganadora. A diferencia de hace una semana, donde veía que conquistar Oviedo era un escenario muy remoto, el Almería ahora sí afronta el día D de la temporada. El triunfo en La Romareda deja varias lecturas positivas con vistas a alcanzar ese colectivo que aspira a ascender por la vía directa. La victoria despertó la ilusión del fiel indálico por el escenario, el rival, la actitud del equipo tras el 1-2 y el dominio de las áreas durante el segundo acto. En términos individuales, hombres como Baba aportan ese equilibrio en la media para liberar a los interiores. Otros como Suárez, que al fin sí está dando argumentos de peso para tomarlo como uno de las mejores individualidades de la categoría. Y no voy a obviar la actuación de Fernando, que realizó esa atajada diferencial que tanto esperábamos en un guardameta que viste la rojiblanca. Las conclusiones, en definitiva, son mucho más esperanzadoras respecto al épico encuentro de hace dos semanas en el Mediterráneo. Ahora bien, es de vital importancia ver esta tarde con el Albacete las mismas sensaciones que dejaron los unionistas en Zaragoza. El cómo del pasado domingo no puede quedar en anécdota. Si las impresiones de equipo solidario, con mucho más empaque y definitivo en las dos porterías no se refrendan hoy, todo volverá a quedar en un ejercicio extraordinario de un Almería sin hechuras para ser un grupo ganador y serio. Así también lo ve el propio Rubi, que el mismo domingo ya compartió esta reflexión al término del choque. Lograr esa regularidad para cambiar la perspectiva que todos tienen de la UDA en la competición depende exclusivamente de los futbolistas. Y hoy es la oportunidad perfecta. Es la fecha en la que podremos hablar de los rojiblancos como un elenco que pasó de la decepción constante a la esperanza; es el día D de la tropa de Rubi en el ejercicio 24/25.