Forner

La mejor cantera de presentadores que tiene en estos momentos la parrilla es Zapeando. Es un máster de televisión en directo, donde Dani Mateo improvisa muy a gusto. Cualquiera de sus participantes da el salto en cualquier momento adonde sea y cuaja. Y hasta ganan en MasterChef. Es la escuela de Globomedia de donde han surgido, entre ficción y entretenimiento, centenares de profesionales, especialmente guionistas y actores. Todo eso sigue alimentando la factoría de The Mediapro Studio.

De los que aparecen en la mesa actual Atresmedia está haciendo crecer al también radiofónico Nacho García, pero la colaboradora que más ha evolucionado en estos años ha sido la reportera deportiva Isabel Forner, comentarista en Movistar Plus +, que ha sido siempre a su vez la escuela de las retransmisiones. La periodista valenciana se ha curtido a pie de césped y en el plató de La Sexta ha ido moldeando el personaje aportando su naturalidad. Una de las bases de esa personalidad son sus profundas y sinceras creencias religiosas, lo que le permite bromear con todo sin ser una mojigata. Forner replica a todo y se gana el respeto sin ser una cursi. Tiene su mérito.

En el trasfondo aporta autenticidad y en Zapeando contribuye con su rol, como si fuera la hermana pequeña de Miki Nadal, por ejemplo. En el mundo de las redes, que es el pellejo que ahora le sale a la actualidad y a la propia televisión, parece que vencen los perfiles extremos, el efectismo a toda costa, la queja, la vehemencia, pero en realidad quienes ganan la partida, casi con carácter de supervivencia, son los auténticos. Los que no arrastran sus convenciones, los que no renuncian a lo que son mientras siguen evolucionando. Forner podría ir por el carretera fácil de dejarse llevar pero prefiere mantenerse por su camino, aunque desde las cunetas le critiquen por lo que sea, porque la gente es así. En Zapeando se ha hecho un hueco que eso es decir que está lista para hacer otras cosas cuando sea preciso.